«Hace mucho, mucho tiempo, el mundo fue creado a partir de una cáscara de huevo por un dios llamado Yen. En las profundidades turbias del océano infinito nació el Mundo Inferior. El Mundo Medio estaba hecho para que los hombres morasen, y el Mundo Superior era donde residirían los dioses antiguos. Multitud de espíritus moran entre las capas de la creación, guardando sus secretos en la oscuridad. Eres el Hombre Alce y tienes la capacidad de ver todo lo que está oculto para el ojo mortal».

Desde el Mundo de los espíritus…

A veces, es agradable detenerse para mirar a los videojuegos más como una forma de arte y educación y no solo de entretenimiento puro. Específicamente, la mitología es una rama del conocimiento que tiene miles de historias que contarnos. The Mooseman es un pequeño pero muy llamativo juego que nos cuenta la creación del mundo y sus 3 diferentes reinos desde el punto de vista de la mitología rusa y la perspectiva de un chamán mitad hombre y mitad dios, el Hombre Alce.

The Mooseman es un juego de puzzle-plataformas en 2D que, si vas rápido, te puedes acabar en solo un par de horas. La historia no es muy compleja y los puzzles son en su mayoría muy sencillos, los niveles tampoco son tan largos ni grandes como para que puedas explorar por mucho tiempo. Sin embargo, en este tipo de títulos —y a riesgo de sonar algo cliché—, lo importante es el viaje y no el destino. El pequeño estudio Morteshka fundamentó el desarrollo de este juego mitológico en los cuentos e historias de las tribus urales-pérmicas-finesas que habitan algunas regiones de Europa del Este (especialmente Rusia) desde hace cientos de años.

The Mooseman nos presenta el mito de la creación del mundo a través de los ojos del Hombre Alce, mitad hombre y mitad dios, que puede viajar entre los 3 reinos: el de arriba (de los dioses), el de en medio (de los humanos) y el de abajo (el de los espíritus). Con sus habilidades deberemos develar la historia del dios Yen, sus 7 hijos y todas las peripecias que pasaron para regresar el balance al mundo.

Si hay algo en lo que este juego se saca un 10 es en el diseño de arte. Este se basa en estilo visual de alto contraste (que a ratos recuerda a Limbo) que utiliza un diseño llamado «pérmico-animal», del cual desembocan la mayoría de los modelos de los personajes y grabados que encontramos a través de nuestro viaje. Una de las habilidades del Hombre Alce permite activar y desactivar un ojo mágico que desvela los espíritus y cómo se involucran con todo lo que nos rodea. Desde una cueva subterránea con luces tenues hasta una montaña con ventisca o un campo lleno de estrellas, prácticamente cualquier momento es perfecto para tomar una fotografía que te quitará el aliento. 

Por otra parte, el diseño sonoro no se queda atrás. Cada momento del viaje está acompañado de melodías que van desde lo más tranquilo y sutil hasta cánticos estruendosos pero armónicos que te hacen sentir ganas de llegar a lo más alto de una montaña. Además, los cánticos orquestrales fueron interpretados por gente de universidades pérmicas bien estudiadas en este tipo de mitología. Definitivamente, el estudio hizo bien su trabajo para que The Mooseman estuviera lo más apegado a la mitología posible. Incluso, los fragmentos narrativos entre niveles los cuenta una excelente actriz de doblaje —también en ruso— para que la inmersión sea total.

En cuanto a gameplay, The Mooseman es un juego más bien sencillo. Es un juego 2D en el que pasarás la mayor parte del tiempo caminando hacia la derecha y admirando el paisaje. De vez en cuando encontrarás secciones de plataformas, algunos puzzles o una que otra pelea contra algún jefe. Para avanzar, tendrás que hacer uso de tus 2 habilidades: la primera te permite revelar lo oculto para los mortales y ver a los espíritus y cómo pueden involucrarse con nuestro entorno. Así, puedes ver cómo un simple tronco puede convertirse en una serpiente que se mueve y se convierte en un puente, o cómo una impenetrable pared de piedra no es más que una sombra y se puede traspasar fácilmente si la miras con otros ojos. La segunda habilidad permite activar una especie de escudo que te protegerá contra los ataques de algunos entes malignos que quieren detenerte a como de lugar.

Como verás, The Mooseman no descubre el hilo negro en cuestiones de jugabilidad, sino más bien juega a la segura aprovechando algunas mecánicas ya comprobadas como exitosas en este género de juego. Ninguna de ellas es particularmente interesante; y por consiguiente, ninguna sección del juego es particularmente desafiante. Ojo, no es que el gameplay sea malo o aburrido, simplemente no intenta hacer nada nuevo, algo que contrasta con su llamativo y único diseño de arte.

Hasta el Mundo de los dioses…

Además de los fragmentos narrativos que van desvelando la historia cada que pasemos un nivel, a lo largo del viaje encontraremos tótems que servirán para revelar aún más fragmentos de mitos que podremos de leer desde el menú. O, si lo prefieres, puedes buscar glifos escondidos en ciertos puntos que son representaciones de reliquias físicas (con estilo pérmico animal) que se encuentran en museos de Rusia. Así, The Mooseman aprovecha la interactividad que ofrece un juego para ofrecer información veraz sobre la mitología pérmica.

En cuanto al aspecto técnico, es notorio que The Mooseman fue desarrollado por un pequeño grupo de amigos que simplemente querían contar grandes historias, pues tiene algunos errores de principiante. El menú es muy extraño, pues no sigue algunas reglas que pueden ser consideradas ya un estándar — por ejemplo, apretar O no te regresa al menú interior, y apretar los botones L y R no te permite pasar entre páginas. Además, a pesar de las hermosas vistas que podemos disfrutar al jugar, a veces se siente que el movimiento general del personaje es demasiado lento. Afortunadamente, estos detalles son problemas menores que no afectan la experiencia en el gran esquema de las cosas. Afortunadamente también, no hay problemas de rendimiento apreciables.

Conclusión

En conclusión, The Mooseman es un extraño híbrido entre historia interactiva, obra de arte, videojuego de plataformas, clase de mitología y viaje al museo. Si buscas una experiencia directa, que te cuente todo a través de la narración, probablemente no te atrape. Pero si te gustan los mitos y cuentos de las tribus antiguas, sus imágenes y sus textos, sus leyendas y sus formas de expresión, este es un corto pero intenso viaje que disfrutarás mucho.

Pros:

+ Excelente presentación audiovisual

+ Entretenimiento mitológico educativo-interactivo

Contras:

– Gameplay estándar

– No se siguen algunos estándares en menús y movimiento