Recta final del verano, nos acercamos de a poco al otoño, a esa magnífica época del año donde lo misterioso y paranormal nos aguarda en cada esquina de nuestro camino, y las cintas de terror no se hacen esperar para atacar todas las salas de cine del país. Pero mientras aguardamos pacientemente la llegada de ese momento, Annabelle Creation se estrena en prácticamente todo el mundo para reavivar esa relación de amor-odio que tenemos con el cine de terror. Si bien su la primera entrega protagonizada por la muñeqca no deja muy bien parada a esta película, el morbo se encuentra a flor de piel, puesto que Annabelle Creation llega con la difícil encomienda de superar a su terrible predecesora o cuando menos igualar a The Conjuring 2 y, porque no, llegar a ser ese fenómeno global que vivimos con The Conjuring.

Tal cual nos lo expone el título de la película, Annabelle: Creation es una precuela a todo lo ya visto en este “universo cinematográfico”, a lo largo de la hora y cincuenta minutos que el filme abarca nos adentraremos en el origen de esta muñeca endemoniada, desde el cómo fue confeccionada paso a paso, hasta la verdadera razón del porque se encuentra poseída.

Tras esta premisa, he de decir que el guion escrito por Gary Dauberman se siente un tanto austero a diferencia de las tres películas previamente mencionadas, donde entre susto y susto nos enterábamos de algún detalle de la narrativa, se intentaba explicar el porqué de los hechos sobrenaturales que veíamos en pantalla o simplemente veíamos algún diálogo que nos permitiera familiarizarnos o empatizar con los protagonistas; Creation opta por dejar de lado estos elementos y se enfoca casi en su totalidad en asustar al espectador. Ojo con esto no quiero decir que la película no agregué nada a los filmes que vimos en el pasado, lo hace, pero la película se limita a contarnos toda la historia de Annabelle en prácticamente dos escenas, y nos deja con muchas puertas abiertas para las posibles secuelas que no dudo ya se estén planeando.

Ahora bien, si lo tuyo es asustarte y pasarte por el forro de las tramas que los filmes de terror abordan, que dicho sea de paso ha sido de los aspectos menos preponderantes para este género en los últimos años, la precuela de Annabelle será sin lugar a dudas un completo win-win para ti. Prácticamente desde que comienza la función los sustos estarán a la orden del día, atacándonos uno tras otro tras otro dejándonos con apenas un par de minutos de tregua entre ellos, al grado de que prácticamente el ochenta por ciento de la película estarás al borde la butaca, estresado y con el corazón en la mano.

En cuanto a la calidad de los sustos me temo que en su mayoría -por no decir en su totalidad- se trata de jump scares, quizá solo algún par de ellos me dejaron una sensación “agradable” por el ingenio con el que fueron pensados, fuera de este par los sobresaltos que encontrarás son el típico ruido inesperado acompañado de alguna secuencia “escalofriante” del ente en turno. Me habría encantado ver otro tipo de sustos que, aunque perteneciesen al genero jump scare, tuvieran un poco más de imaginación como aquel de The Conjuring que implicaba una cerilla y un aplauso.

Quizá a la hora de asustarte Creation lo haga muy bien.. no es que sea muy difícil espantar a alguien cuando todo está en total silencio y de la nada hay un estruendo a todo volumen, pero si nos ponemos un poco más exigentes, el demonio en cuestión, la atmósfera que intenta emular y alguna que otra situación paranormal no me terminaron por convencer, ni producirme algún miedo, sensación de terror o algo que se le asemeje.

En conclusión, Annabelle: Creation es una película “ideal” para aquellos amantes de «los espantos», seguramente pasarán grandes momentos a lado de Annabelle, que si bien no llega a la calidad de The Conjuring, sí supera como mínimo a lo ya expuesto en su secuela directa. Para el público en general si buscan un filme donde se involucren el suspenso y una narrativa estructurada más que solo jump scares o simplemente no gozan de este matiz del séptimo arte, me temo que no hay cabida para ustedes en la sala de cine.