Fire Emblem, serie cuya vida en Occidente inició como un par de desconocidos en Super Smash Bros, ha avanzado sorprendentemente en los últimos años. Aunque hubo lanzamientos localizados desde 2003 con The Blazing Blade, apodado simplemente Fire Emblem fuera de Japón, no fue hasta 10 años después, con Awakening, que la serie explotó en términos de popularidad a comparación de otros títulos del mismo nicho.

Otros 10 años han pasado desde entonces, y tomando aprendizajes de todas las lecciones aprendidas con títulos anteriores, Intelligent Systems y Nintendo han lanzado Fire Emblem Engage, una nueva entrega que presenta un regreso al enfoque en combate táctico sin dejar atrás elementos que facilitan la experiencia para nuevos jugadores, creando así una aventura que, aunque peca de tener una narrativa débil, presenta una experiencia diferente a Three Houses digna de ser disfrutada por cualquier fanático de la serie o del género.

Nuevos horizontes

La historia de Fire Emblem Engage se desenvuelve en el mundo de Elyos, en el cual cuatro reinos, Firene, Brodia, Elusia y Solm, conviven en un mismo continente que rodea a Lythos, una isla aislada en la cual habita el Dragón Divino, deidad de Elyos.

El protagonista de la historia es nuevamente un personaje para el cual podemos escoger su forma, llamado por defecto Alear. Aunque su diseño fue objeto de múltiples memes, me agrada que, a diferencia de Byleth, protagonista de Three Houses, Alear tiene una personalidad propia, lo cual le otorga mayor dinamismo a las relaciones entre personajes.

Alear es hijo (o hija) de Lumera, y ha estado dormido durante 1000 años: el despertar del protagonista indica un cambio en el equilibrio del mundo, algo que logra sentirse de inmediato, ya que los eventos que desatan la narrativa del juego ocurren en menos de una hora. Aunque la historia del juego tiene una introducción clara seguida de un primer acto débil, creo que es una narrativa de fantasía clásica que claramente funge como un elemento secundario para darle el protagonismo primario al combate táctico que presenta cambios considerables, iniciando con la introducción de los Emblemas como la mecánica diferenciadora de Fire Emblem Engage.

Héroes emblemáticos

Así como cada nueva generación de Pokémon tiene una mecánica que la diferencia de la anterior, parece ser que los títulos de Fire Emblem están buscando introducir elementos diferentes con cada entrega nueva. En el caso de Engage, esto se presenta a través de los Emblemas, espíritus de guerreros de otras tierras y épocas con los cuales cualquier personaje puede entablar una conexión para recibir sus poderes: estos guerreros, por supuesto, son protagonistas de títulos anteriores de la serie, como Marth, Roy o Byleth.

Los Emblemas funcionan de una manera similar a los ayudantes de títulos previos: cada Emblema cuenta con bonos latentes que se encuentran relacionados con sus habilidades o armas icónicas. Sin embargo, el principal atractivo de esta mecánica está en la posibilidad de realizar una clase de fusión con el Emblema a través de la mecánica que le da su nombre al juego: Engage.

Al más puro estilo de una transformación en Sailor Moon o una Fusión en Dragon Ball Z, realizar Engage entre una unidad y un Emblema le otorga habilidades pasivas adicionales, un arma emblemática del personaje, la cual puede ser mejorada y cuenta con múltiples beneficios, así como un ataque especial que normalmente será la diferencia entre vida o muerte en un combate reñido. Marth, por ejemplo, cede mucha agilidad, un estoque y un movimiento que realiza 8 ataques consecutivos al oponente; Celica, por otro lado, permite a la unidad con la que se combine realizar dos hechizos de poder reducido en un mismo turno o incluso teletransportarse al interior de las líneas enemigas para soltar magia de alto nivel.

Como sucedía con los ayudantes, luchar junto con un Emblema aumenta el nivel de amistad entre unidades, y en Fire Emblem Engage esto presenta el segundo paso de la mecánica. Al llegar a nivel 5 de la amistad, lo cual puede suceder en el transcurso de una sola batalla, se desbloquea la posibilidad de heredar habilidades de un Emblema para que la unidad pueda disfrutar de ellas sin que el Emblema en cuestión esté conectado. Esto da pauta a oportunidades de combinación interesantes y curiosas, permitiendo que personajes de rango puedan atacar con su arco y alejarse todavía más después del combate gracias a una habilidad otorgada por Sigurd, quien monta un caballo y otorga esta habilidad de manera latente y hereditaria.

Finalmente, y aunque de una forma menos impactante, es posible crear anillos secundarios a partir de cada Emblema, los cuales varían al azar en rango. Estas sortijas de menor potencia representan a compañeros de cada protagonista en su respectivo título, y aunque parecieran no ser tan útiles, anillos de rangos elevados contienen mejoras estadísticas considerables e incluso pueden contar con habilidades adicionales: el proceso de creación es similar a un juego Gacha, pero es veloz e intuitivo, por lo que no se siente molesto o frustrante.

Las mecánicas nuevas introducidas en Fire Emblem Engage son divertidas y permiten que ajustemos nuestro ejército de una forma completamente diferente para cada jugador, pues se puede idear a un soldado totalmente distinto combinando este elemento con el tradicional sistema de clases de la serie. La profundidad de personalización fue algo que me hizo resaltar y reconocer que Engage busca ser una experiencia en la cual nos enfoquemos en los detalles del combate más que en los elementos sociales de títulos previos.

Tradición y modernidad

Este enfoque en la estrategia no significa que los elementos sociales de títulos recientes hayan sido olvidados, y puede notarse gracias a Somniel, la base utilizada por el ejército de Alear durante su campaña.

De una manera similar al monasterio de Garreg Mach en Three Houses, Somniel contiene elementos sociales y sistemas con los cuales podemos interactuar para preparar a nuestras unidades: cuenta con una arena para entrenar a nuestro ejército, una cocina con la cual se puede mejorar la relación entre personajes y obtener bonos para la batalla siguiente, un muelle en el cual pescar, una granja en la cual se obtienen insumos de animales que podemos adoptar a través del juego e incluso un espacio en el cual entrenar con ejercicios para dar bonos menores en batallas posteriores.

Somniel también es el sitio en el cual se desarrollan las conversaciones de soportes entre Alear y sus aliados: aunque la narrativa en sí puede llegar a sentirse débil, es gracias a dichas conversaciones que los personajes adquieren vida propia y sostienen al juego a través de estos puntos bajos.

Otro elemento que me sorprendió de Somniel es la existencia de una torre de Pruebas, en donde es posible participar en combates adicionales para obtener gemas que pueden ser utilizadas para mejorar los armamentos de los Emblemas; dichos combates consisten de retos individuales, combates cooperativos o competitivos en línea o incluso batallas de relevos, en las cuales controlamos a un ejército durante tres o cuatro turnos y luego cedemos la batuta a otro jugador para que éste eventualmente pueda triunfar.

La base de operaciones en Fire Emblem Engage tiene mucho que ofrecer en elementos de progreso, aunque puede sentirse como un espacio que rompe el ritmo del bucle de jugabilidad. Ya que cada batalla implica nuevos recursos disponibles en Somniel y más oportunidades para entrenar a unidades, podemos sentir que es nuestro deber regresar al sitio para maximizar el potencial de los soldados en lugar de continuar con la historia: no obstante, esta es una nimiedad que puede ser ignorada una vez que entendemos que el juego da muchas oportunidades para mejorar a nuestro ejército, en especial en dificultades menores.

Hablando de dificultades, creo que es importante mencionar que el juego cuenta con tres niveles desde un principio: Normal, Difícil y Extremo. Particularmente, creo que el modo Normal podría sentirse muy sencillo si eres asiduo a los juegos de estrategia o títulos previos de la serie. Sin embargo, conforme avancé en modo Normal empecé a sentir disparos en dificultad que hacían del reto algo aceptable: te recomiendo empieces en modo Difícil si eres alguien experimentado, y simplemente bajes a modo Normal en cualquier momento si sientes que el reto es sobrecogedor. De cualquier manera, la mecánica de un cristal capaz de regresar en el tiempo durante una batalla regresa, por lo que es posible calcular si algo puede ser evitado o si amerita una disminución en dificultad para tener una experiencia más agradable.

En general, Fire Emblem Engage presenta el regreso de elementos previos y la introducción de elementos nuevos que considero son una decisión correcta para la serie. Por un lado, el triángulo de armas ha regresado después de su ausencia en Three Houses, creando nuevamente ese importante elemento con el cual el juego nos obliga a tener variedad en nuestras unidades; por el otro lado, la durabilidad de armas nuevamente ha desaparecido, dando mayor tranquilidad a los jugadores que quieren experimentar con armas más poderosas. Ambos elementos equilibran el sistema de combate, y esto se puede sentir particularmente en los parálogos que involucran a los Emblemas, los cuales fungen como prueba de fuego para los jugadores, ya que son, además de homenajes a los personajes en cuestión, retos considerables con recompensas muy atractivas.

A la batalla

Fire Emblem Engage presenta una fortaleza clara, la cual se demuestra en su combate y en sus mecánicas, pues si se compara con Three Houses puede sentirse como un juego a menor escala, ya que no cuenta con divergencias fuertes en su narrativa o elementos sociales con recompensas sesgadas hacia la explotación de dichas mecánicas. En su lugar, se tiene entre manos una experiencia más enfocada y afilada hacia el bucle de juego de títulos de Fire Emblem previos, sintiéndose como un punto medio entre los títulos de Game Boy Advance y 3DS. 

Con un mejor diseño en los mapas y objetivos planteados, los cuales llegaban a ser repetitivos en Three Houses, así como una mayor capacidad de personalización de personajes mediante la mecánica de los Emblemas, Engage es una entrega enfocada más hacia la estrategia que a los elementos de simulación social. Aunque puede que Three Houses siga siendo una excelente introducción a la serie para cualquier novato, creo que Fire Emblem Engage presenta una segunda opción, particularmente enfocada a todos los aficionados de los juegos de estrategia que buscan conocer una serie que actualmente es parte de los pilares del género

A pesar de que la mecánica de los Emblemas puede tener mayor impacto emocional para los fans de hueso colorado de la serie, te aseguro que no es un detractor del tiempo que podrás pasar con ellos, Alear y tus aliados mientras liberas al mundo de la amenaza latente. Con más de 30 años de historia detrás, Fire Emblem es una máquina que no muestra señales de detenerse, y con Engage demuestra que, además de celebrar su historia, está dispuesta a regresar a ciertas tradiciones mientras no olvida aquello que revitalizó a títulos recientes

Gracias a la aceptación de la tradición, la permanencia de lo reciente y la incorporación de lo nuevo, esta entrega es una experiencia de estrategia altamente personalizable y recomendable, llena de complejidad y diversión.

Pros:

+Excelente combate estratégico

+Buena personalización con Emblemas y habilidades

+Experiencia enfocada en combate que no ignora el elemento social de entregas previas

Contras:

-Constantes visitas a base rompen el ritmo de juego

-Primer acto débil después de la introducción