Una vez más estamos frente a uno de los mejores RTS de los últimos años, y es que, a más de un año de su lanzamiento, Crusader Kings III sigue dentro del radar de todos los amantes del género. El juego tenía suficiente contenido de lanzamiento a mi perecer, pero para el equipo de Paradox Interactive no era suficiente y decidió que podían dar más por medio de DLCs. Así llegamos a Royal Court, una experiencia que claramente está enfocada en los jugadores hardcore que necesitan más administración, poder y traiciones. Este contenido descargable es un arduo trabajo por parte de la casa desarrolladora que ya puedes probar y en esta reseña te digo qué tal está.

El arte de la guerra

Crusader Kings III nos pone en los pies de los reyes más conocidos de la edad media, y en él disfrutamos del poder de convertirnos en el imperio más fructífero y poderoso del mundo, con la ventaja de reescribir la historia para que no sea como la describen los libros. Aquí, podemos crear mundos paralelos donde España pudo conquistar tierras inglesas o los vikingos pudieron doblegar a todas las civilizaciones oriental. Todo es posible en este título de simulación, con el detalle de que estos hitos dependen completamente de la habilidad que tenemos para administrar recursos y conocer el arte de la guerra.

Para sumarse a esa rica experiencia original llega Royal Court, un esfuerzo completamente dirigido a encariñarnos con la cultura que escogimos, y es que ésta se vuelve un enfoque central: las culturas son dotadas de tradiciones, lenguas, religión y hasta tipo de sociedad; y todo esto influirá sobre las decisiones económicas, bélicas y de expansión que tengamos planeadas. Pero aún más importante es importante mencionar las quimeras culturales que puedes crear, pudiendo tomar características de todos los rincones del mundo y crear imperios nunca conocidos. Por ejemplo, podemos ser un imperio situado en Italia, conocido por ser pacifista, con creencias paganas, hablar inglés y vestir a nuestros habirantes de seda roja. En un principio tal cantidad de información y posibilidades puede ser abrumadora, pues a esto se suma la poca ayuda dirigida y los pocos tutoriales que ofrece Crusader Kings III. No obstante, una vez que entendemos cómo funcionan las mecánicas y los menús, las oportunidades se vuelven infinitas. Reitero: este DLC es para los amantes del género que buscan aún más en qué pensar y administrar.

Voy a intentar explicar cómo funciona la jugabilidad extendida de Crusader Kings III: Royal Court, para que sea un poco más digerible. Una vez que conquistemos una nueva tierra, podemos tomar 2 decisiones: la primera -y que estaba en el juego original-, es la opción de someter al pueblo y convertirlos a fieles creyentes de nuestras creencias y lenguaje. La nueva opción se trata de un procedimiento más diplomático, donde podemos aceptar y abrazar a estos nuevos integrantes y convertir nuestro reino en uno lleno de diferentes lenguas y creencias. Así, podemos comunicarnos de manera más eficiente sin tener que convertir a la gente que ahora pertenece a nosotros; además de tener un mejor trato con reyes de otras regiones, logrando con esto evitar que el pueblo se rebele y permitiendo tener mejores relaciones con las tierras aledañas. Y así es como creamos imperios híbridos que serán recordados en los libros de historia.

Excálibur

Además del tema cultural, Crusader Kings III: Royal Court añade el uso de objetos con estadísticas que favorecerán a nuestro reino y corte. Ahora, el rey que representamos tiene habilidades extras como salud, influencia sobre los demás y fertilidad, por nombrar algunos; y estos objetos modificarán esas estadísticas de diferentes maneras. Además, estos objetos pueden ser normales, épicos y legendarios, así es como si se tratara de armas o cartas en experiencias actuales. Así, podemos centrar nuestro estilo de juego en la búsqueda de estos accesorios para crear la línea sanguínea perfecta o, como siempre, avanzar en los años y seguir creciendo nuestro imperio.

Estos objetos en cuestión se encuentran por todo el mapa, y hay varias maneras de conseguirlos: un visitante que huye y busca un lugar para vivir y nos lo regala, la conquista de una nueva tierra, un asedio exitoso, etc. Por el momento los objetos que me encontré son en su mayoría collares, ropa y armas, pero el título deja entrevar incluso en la posibilidad de encontrar armas legendarias como la espada Excálibur, la lanza de Longinos, el Santo Grial y algunas otras joyas históricas de este calibre que pueden dar una gran sorpresa.

La Corte Real

Para este nuevo contenido, los integrantes de nuestra fiel corte se convierten en los mejores aliados que tenemos. Como adición podemos observar y controlarlos en un entorno 3D o isométrico, donde podemos jugar con la estética del cuarto con adornos, festines y más. Estos arreglos que le podemos hacer a nuestra sala también proporcionan estadísticas favorables en cuanto a cómo nos observan los otros reinos.

En la experiencia experiencia de salida de Crusader Kings III, la corte podía estar repartida entre gente a nuestro favor y en contra, sin tener mucha influencia en nuestro porvenir. No obstante, en Royal Court debemos controlar todo lo que rodea a este grupo tan cercano, comenzando con el tener que estar bien interpersonalmente con todos, para que se puedan desbloquear opciones que nos pueden servir en la guerra, como en diplomacia. También se añadieron algunos papeles dentro de la corte, como un médico de cabecera que nos antienda si enfermamos, un catador de comida por si alguien nos piensa envenenar, un jardinero, etc.

Aún más importante, ahora podemos elegir el tipo de corte que buscamos tener. Esto va en función de la elección que hicimos al principio sobre cómo nos manejaremos, como ser alguien bélico, diplomático o religioso. Lo interesante es que podemos escoger que nuestra corte se encamine por un sentido diferente si lo que buscamos es abarcar 2 variables posibles, todo esto por medio de la «Grandeza de la Corte». Es ahí donde podemos modificar en qué se gasta el dinero disponible, ya sea para la recepción de invitados, la vestimenta de la corte, los alimentos que se ofrecen, o el alojamiento para los invitados y sirvientes. En ese menú hay una línea de calificación del 0 al 100 que nos desbloquea cada 10 niveles nuevas habilidades que nos ayudarán directamente con el tipo de corte que contamos. No hay que olvidar que estamos hablando de Crusader Kings, por lo que, aunque en principio esto suena como algo muy fácil, en lo practico puede llevarnos mucho tiempo entenderlo, considerando que la corte y cómo la manejemos estará directamente relacionado con las decisiones que tomemos en todos los demás aspectos el juego.

Otro punto nuevo muy llamativo es el poder escuchar a nuestro pueblo, por medio de «Celebrar una corte» donde 3 habitantes de nuestro reino nos harán peticiones, por medio de sesiones de preguntas y respuestas. Así, podemos ganarnos el cariño y respeto del pueblo o tener una mano dura que evite a toda costa evitar cualquier rebelión. De la misma manera, si no somos el rey sino solamente un duque, podemos visitar a nuestro rey y hacer peticiones o hacer homenajes para ganar algún favor de su parte y ¿por qué no?, convertirnos en sucesores al trono en algún momento.

Royal Court sin duda añade mucho contenido a un juego que para nada carece de esto, pero afortunadamente todos los añadidos son una grata experiencia. Así que prepárate para no dejar la silla por mucho, mucho tiempo si decides adquirir este DLC. Y es que lo adictivo que puede ser Crusader Kings III: Royal Court supera a todas las demás experiencias similares del mercado, pues el título enfoca todos sus esfuerzos en resaltar a nuestro pueblo, la corte y los objetos como algo importante que influirá en nuestros planes de expansión,y no solo como cosmético sin importancia.

Si eres un amante del género, no debes dudar en probar Crusader Kings III: Royal Court. Sin embargo, si apenas comienzas a conocer este mundo, probar el juego base seguramente será suficiente (y quizá hasta necesario) para no terminar abandonándolo por quedar abrumado debido a tantas variantes y posibilidades en tu cabeza.

Pros:

+ Más contenido con muchas horas de juego

+ La corte real tiene mayor peso

Contras:

– Experiencia poco amigable para nuevos jugadores

– Faltan muchos tutoriales