Era muy consciente de la importancia del momento, la número 2 del ranking a solo un paso de la gloria. Me preparé como la situación lo exigía: complete infinidad de trabajos mediocres y humillantes con el único propósito de asegurar el dinero suficiente para el mejor sable de luz que se podía adquirir, así como la máxima ampliación de vitalidad, sabía que los necesitaría. Su preámbulo fue rutinario, volver al estadio a continuar con las mutilaciones de rigor, abundante resistencia por parte de la carne pero nada que no pudiera cortar con facilidad, sentí una súbita y esperanzadora confianza…

 

Allí estaba ella. En la cámara de bateo abanicando enérgicamente, lo hacía sin embargo con más furia que técnica, parecía como si su frustración machacara sus tormentos. Ya en ese momento tenía claro que algo estaba terriblemente mal, percatarme de que en lugar de pelotas golpeaba personas amarradas en cueros masoquistas no hizo más que confirmarlo. Aunque admito que las fosas comunes a los extremos de la maquina sí que inspiraron en mi un leve atisbo de terror.

 

Que estas mirando?

Al ser cuestionada sobre la moralidad de sus actos bramo diciendo que era un simple trabajo y que no tenía derecho a juzgarla, acto seguido me invita una cerveza con una amable sonrisa. Esta dualidad en contradicción definía su ser: el atuendo de lolita rosa no hacia más que resaltar lo atractivo de su figura veinteañera, pero este aire nabokiano entraba en conflicto inmediato con su comportamiento agresivo, grosero y masculino. Pensé que este cuadro representaba la proyección de una feroz batalla interna que su cordura había perdido hacía mucho tiempo. Lo inexplicable de su estado me produjo escalofríos, por fortuna los miedos deben ser enfrentarlos y yo estaba allí para matarla.

 

 

La nífula se lanzó sobre mí en un frenezi de locura que daba inicio la batalla. Escuche repentinamente una música tecno-rítmica con gemidos de mujer, retorcidamente ideal. Mantuve mis distancias, aun siendo asesino profesional no había visto nunca la paranoia hecha persona, esta chica era diferente en el sentido más salvaje: su bate de béisbol golpeaba como acero, se movía a velocidad de pantera y el vestido de dulce lolita resistía como el mythril. La situación era muy difícil, no creí poder soportar mucho más… En un momento de huida pavorosa un fugaz swing nublo mi vista.

 

Game Over. Está bien había muerto no importa a veces pasa, otra vez.

 

La batalla volvía a perfilarse peligrosamente ardua, pero estaba respondiendo mejor a sus coléricos embates, esta vez sí… Inesperadamente la música se detiene y esta desequilibrada se tira al suelo en un estridente sollozo. Vacile. Me acerque dubativamente, el cuadro era tierno e inverosímil a partes iguales, observo sus atractivos ojos azules rebosantes de lágrimas mientras un impulso sexualmente cortés me insta a ayudarla a levantarse… Caigo en la trampa, el numerito tenía como único objetivo tirarme al suelo para poder asestarme el batazo de gracia. Muero.

 

Otra vez.

 

Vuelve con el teatro, esta vez estaba preparado, trato frenar mi ataque pero es demasiado tarde, me preparo nuevamente para el One Hit KO cuando… Estaba llorando de verdad?! Esta vez no hubo masacre, que es esto? desde cuando los scripts de un jefe varían dentro de la propia mecánica de batalla y complementan la endemoniada dificultad?

 

Morí.

 

Otra vez.

 

Ahora en medio batalla escupe alcohol al bate y lo prende en llamas.

 

You Are Dead.

 

Otra vez.

 

Game Over.

 

Otra vez.

 

Muerto.

 

Solté los controles. Una mirada vacía se posó en la puerta del baño, simplemente no podía con esa mujer, comprobé por enésima vez mi estado, todo al máximo nada más que mejorar y aun así me estaba dando una sublime paliza. No se trataba únicamente de mi torpeza al control, era algo más, estos errores eran inducidos deliberadamente por una suerte de intimidación entramada cuidadosamente como un sistema: era superior, estaba completamente demente, la música con su sinfonía del absurdo, los tipos de cuero, el bate ensangrentado, su atuendo, el colapso entre sollozos, ese algo más…

 

Luego de unos minutos de paz interior en el que la sonrisa de mi madre recompuso mi destrozo psicológico, volví a la faena esta vez decidido a vencer. (SPOILER) Objetivo que logre luego de otra abultada tanda de muertes. Atravieso el abdomen de este monstruo con mi sable solo para redoblar la tanda de batazos que me obligan a admitir la derrota. Nunca había ganado rindiéndome (FIN DEL SPOILER) .

 

 

Han sido muchos los jefes asesinos vencidos por mi arma, mi pericia o mi constancia, pero muy pocos han sido como ella, como esa chica mala. Muy pocos imponen respeto y autoridad de esa manera a base de carisma, de enfrentar no solo a el enemigo sino a sus más terribles demonios.

 

So, you are a Bad Girl, don’t cha?