The Last of Us es considerado uno de los mejores juegos de la última década, y por algunos, incluso de todos los tiempos. Ahora, después de un remaster y una secuela, Naughty Dog reconstruyó la entrega original desde cero, para ponerla a la par de su sucesora y de otros títulos modernos. Pero, ¿era realmente necesario? Analicemos.

Respetando a un clásico

Naughty Dog ha sido bastante transparente respecto a lo que implica este remake. The Last of Us: Part I es una recreación fiel de la obra original de 2013 y de su DLC Left Behind, pues la narrativa general y las interpretaciones se mantuvieron exactamente iguales. Generalmente, cuando uno escucha la palabra remake se imagina cambios drásticos en la jugabilidad o la historia del material fuente, pero en este caso, lo que se buscó fue específicamente modernizar mecánica y visualmente una obra que ya era prácticamente perfecta.

Desde la nomenclatura, la desarrolladora enfatiza su intención. The Last of Us es una saga que consta de 2 partes. La Parte 2 es el juego más premiado de la historia, por lo que el remake y el cambio de nombre de la (nueva) Parte 1 buscaron que se pudiera disfrutar de igual manera, eliminando las desventajas de las limitantes tecnológicas de los años 2010.

Lo que quiero decir con todo esto es que no esperes tener una experiencia drásticamente diferente en The Last of Us: Part I respecto a la entrega original o el remaster de 2014. Aún tomas el control de Joel durante la mayor parte del juego. Aún emprendes una travesía extremadamente peligrosa para llevar a Ellie, quizá la última esperanza de la humanidad, con las Luciérnagas. Aún te mueves relativamente lento, aún tienes que lidiar con la escasez de materiales y aún debes tener una mente y un dedo ágil para salir victorioso en batalla. La forma y estructura se mantuvieron; los verdaderos cambios de este remake están en el fondo.

Una experiencia visual mejorada

Evidentemente, el cambio más notorio de The Last of Us: Part I es la fidelidad gráfica. Lo que encontramos aquí no es un simple reescalado de assets, sino una reconstrucción total, lo que permite que cada modelo de personaje, superficie, material u objeto tenga una nitidez y una resolución impecable. Las caras de los personajes muestran líneas de expresión, agua, sudor, heridas, suciedad y muchos detalles más que en las entregas anteriores simplemente no existían. Absolutamente todo este mundo postapocalíptico se ve mucho mejor y se siente más real, debido a que fue reconstruido para aprovechar el poder del PlayStation 5.

Particularmente, el modelo de Ellie se siente mucho más expresivo y detallado, y hasta cambió ligeramente para parecerse más a la Ellie de The Last of Us: Part II. Quienes se quejaron de que la protagonista cambió demasiado físicamente en ese salto temporal, seguro estarán muy complacidos.

Un añadido interesante relacionado con esta búsqueda del realismo es que ahora, al utilizar las mesas de trabajo, se puede ver a Joel modificando en tiempo real cada funda, arco, pistola, rifle o escopeta para que refleje el aspecto en el que la mejoraste. A fin de cuentas es un detalle, pero que sin duda te ayuda a sumergirte más en el mundo.

Una razón por la que The Last of Us: Part I se siente más realista es porque las expresiones faciales y la sincronización y movimiento de labios son impecables. Este es un título que se enfoca mucho en transmitir sentimientos a través de las cinemáticas y el resultado es increíblemente natural. Definitivamente, no había visto una fidelidad facial tan extraordinaria desde Marvel’s Guardians of the Galaxy. Ahora sí, las animaciones están a la altura de las interpretaciones.

Naughty Dog también realizó otros cambios visuales que, aunque sutiles, también mejoran la experiencia. Por ejemplo, el sistema de colisiones ahora es más acertado: es mucho menos común atravesar personajes u objetos, rozar una planta causa que se mueva ligeramente, tocar un charco de agua causa ondas… ¡hasta el limo del agua estancada se mueve si lo atraviesas!

Por otra parte, algunos lugares o cuartos fueron rediseñados para incluir más vegetación, objetos y detalles, para que se sientan menos genéricos. Además, la iluminación, especialmente cuando se muestra como rayos de Dios, simplemente es preciosa, mucho más que en la entrega original. No sé si este título incluye tecnología de trazado de rayos o no, pero sea cual sea la respuesta, el resultado es excelente. The Last of Us ya hacía un gran trabajo dotando de identidad cada sitio visitado, pero estos cambios sutiles potencian esta identidad aún más.

Los jugadores pueden elegir entre 2 modos visuales en The Last of Us Part I: el modo rendimiento ofrece resolución dinámica que puede llegar hasta 4K, aunque siempre prioriza los 60 cuadros por segundo, y lo cumple muy bien. Por otra parte, el modo fidelidad mantiene siempre la resolución 4K, aunque la tasa de cuadros se queda en 40 por segundo. Naughty Dog también añadió una opción de tasa de cuadros desbloqueada disponible para pantallas con tasa de refresco variable (VRR), que en teoría permite utilizar el modo fidelidad sin que haya caídas de cuadros notables. Experimenté con esta opción en mi televisor Sony X900H, y aunque el rendimiento durante la jugabilidad sí se mantuvo estable, lamentablemente todas las cinemáticas sufrían de parpadeo (flickering), por lo que terminé por desactivarla.

¿Qué hay de nuevo, viejo?

A pesar de que gran parte de los cambios de este remake están en la parte gráfica, también hay ciertos cambios en la jugabilidad o nuevos añadidos que vale la pena mencionar.

Algunos de estos cambios ya se habían visto en The Last of Us: Part II, pero aún así es agradable verlos de regreso, en algunos casos corregidos y aumentados. Por ejemplo, está de vuelta el modo muerte permanente, para esas personas que quieren vivir al límite cada partida. También están las opciones de accesibilidad, que son cuantiosas y tan útiles que permiten que prácticamente cualquier persona pueda jugar este título. Desde usar el giroscopio para apuntar, hasta modificadores para ayudar a débiles visuales o auditivos, hay una opción para quien la necesite. Incluso hay audio descriptivo para cada escena, por lo que una persona invidente puede saber exactamente qué está pasando en pantalla.

Por supuesto, también están las ventajas que solo el PS5 puede ofrecer. Para empezar, el audio 3D es grandioso. Generalmente yo juego con el audio del las bocinas de la tele, pero definitivamente The Last of Us: Part I se disfruta mucho más con audífonos. Tanto detalles como el caer de la lluvia o los preciosos acompañamientos de guitarra de la banda sonora de Gustavo Santaolalla, hasta la utilidad de escuchar el posicionamiento exacto de un enemigo o un clicker, demuestran que este es uno de esos juegos en los que el diseño de audio se lleva un 10.

Por otra parte, también hay características ofrecidas por el DualSense, aunque lamentablemente son menos notables. Es cierto que los gatillos ofrecen resistencia diferente dependiendo de qué arma utilices y y que el control vibra de diferentes maneras según lo que está pasando en pantalla, pero realmente esperaba algo mucho más llamativo considerando que estamos hablando de un título propietario.

Afortunadamente, hay al menos una característica interesante que utiliza el DualSense, que por cierto nunca había visto en otro juego: vibraciones de diálogo. Al activarla, cada que cualquier personaje habla, el control vibra de con diferente intensidad y posicionamiento, para dotar estas voces de un distintivo extra. Por ejemplo, cuando Joel habla, las vibraciones son firmes y centradas, pero cuando lo hace Ellie son suaves y solo provienen de la ubicación que se encuentre ella respecto a ti. Esta es una función relativamente sutil, pero verdaderamente añade cierto grado de personalidad extra a cada diálogo y personaje. Al principio no me estaba gustando esta opción, pero eventualmente le agarré cariño y ahora la extraño cuando escucho hablar a personajes en otros juegos y no la siento.

Hay un par de añadidos más de The Last of Us: Part I que complacerán a los más grandes fanáticos del título. En primer lugar hay un modo speedrun personalizable y nativo, que permite que los verdaderos expertos demuestren qué tan rápido pueden terminar el juego. Por otra parte, la sección de extras te permite acceder a todo tipo de contenido conocido y nuevo, desde una galería de modelos de personajes y monstruos; hasta skins; arte conceptual; modificadores de jugabilidad y visuales. Lo más interesante de esta sección es sin duda el detrás de cámaras, que te ofrece acceso a documentales y podcasts que hablan sobre la creación de The Last of Us y Left Behind, desde el punto de vista de los desarrolladores y actores. Si eres fanático de la franquicia, este es contenido imperdible y que puedes reproducir desde el juego mismo.

Haz que cada disparo cuente

Hablemos del elefante en la habitación: el combate. Si bien The Last of Us: Part II fue criticado por un gran sector debido a sus polémicos giros narrativos, algo en lo que casi todo el mundo estuvo de acuerdo es en que su jugabilidad es prácticamente perfecta. La fluidez con la que Ellie brinca, esquiva y se tira al piso se siente natural y necesario, por lo que los fanáticos esperaban que Joel pudiera aprovechar estas técnicas de manera retroactiva en Part I. Sin embargo, lamento informarte que no es así. Joel tiene exactamente el mismo conjunto de movimientos que antes.

¿Quién sabe? Quizás Naughty Dog buscó mantener la visión original: a fin de cuentas Joel ya es un señor de mediana edad, por lo que es ilógico que sea tan ágil como una adolescente. O tal vez el estudio consideró que esas habilidad romperían el balance de los encuentros y no quiso rediseñar todos los escenarios y/o posicionamientos de los enemigos. En cualquier caso, lo que viste en la entrega original y el remaster, es lo que hay.

Hablando de jugabilidad, debo mencionar que la inteligencia artificial fue bastante decepcionante. El estudio aseguró que la inteligencia de los enemigos había sido mejorada para ser más realista, por lo que en teoría cada encuentro sería diferente y difícil. Sin embargo, en mi experiencia ninguna de estas aseveraciones fue cierta. Asesiné enemigos a escasos centímetros de otros sin que éstos se dieran cuenta y repetí varios encuentros y absolutamente todas las piezas se movieron exactamente de la misma manera en repetidas ocasiones.

Debo ser claro: no es que la inteligencia artificial sea desastrosa, pues funciona lo suficientemente bien como para que los enfrentamientos sean siempre tensos y te obliguen a moverte constantemente. No obstante, tampoco busques comportamiento de nueva generación, porque lamentablemente no lo vas a encontrar.

Los últimos de nosotros

The Last of Us: Part I es definitivamente la manera definitiva de jugar el título que Naughty Dog lanzó en 2012 y una recomendación sencillísima para quien quiere experimentar esta obra maestra por primera vez.

Ahora, ¿qué pasa si ya has jugado este título antes? Bueno, en ese caso creo que depende de qué tan fanático seas de la franquicia, porque ciertamente el precio no es barato y el multijugador Factions ni siquiera está incluido (hay que recordar que Naughty Dog lo está desarrollando como título independiente). The Last of Us Remastered se sigue manteniendo muy bien hoy, incluso tantos años después, por lo que en la experiencia no es tan drásticamente diferente, aún con todo el poder que ofrece el PS5.

Dicho esto, The Last of Us: Part I sí es una mejora considerable: se ve mejor, se juega mejor y se siente mejor; y de hecho así es como debía ser en primer lugar. El mismo Neil Druckmann, director creativo del título, mencionó en su momento que este remake permitió plasmar su visión original, finalmente libre de las limitantes de una consola ya tan antigua y limitada como el PS3.

No importa si quieres experimentar la aventura de Joel y Ellie por primera o por décima vez; y tampoco importa si quieres hacerlo hoy, mañana, el próximo mes o el próximo año. Cuando quieras hacerlo, The Last of Us: Part I estará ahí para ti y valdrá cada centavo del precio que estés dispuesto a pagar por este legendario juego.

Pros:

+ La manera definitiva de jugar la obra maestra que es The Last of Us

+ Mejoras gráficas espectaculares

+ Se respetó al 100% la visión original

Contras:

– Las funciones del DualSense son relativamente decepcionantes

– La inteligencia artificial es bastante tonta