Capturar monstruos para convertirlos en tus aliados es una mecánica que ha existido desde tiempos inmemoriales en los videojuegos, incluso antes que el mayor exponente de la idea, Pokémon. Aunque muchos atribuyen a la serie Megami Tensei como uno de los primeros proponentes del subgénero en RPGs, creo que la industria japonesa vio un antes y un después con Dragon Quest V, el legendario RPG que implementó la idea en la reconocida serie.

La popularidad de esta idea (así como la fama que consiguió Pokémon algunos años después, no hay que negarlo) llevó a que la empresa entonces llamada Enix lanzara una subserie de su franquicia insignia – Dragon Quest Monsters, una serie de juegos en las que no sería un grupo de guerreros el que salvaría el mundo, si no un héroe liderando a una banda de monstruos domesticados.

De una manera un tanto sorpresiva, Square Enix ha lanzado una nueva entrega en la serie, Dragon Quest Monsters: The Dark Prince. Este título, desarrollado para Nintendo Switch, presenta, a mi parecer, un sistema de juego casi perfeccionado, el cual crea una experiencia extremadamente divertida que solo se encuentra limitada por la consola en la cual se encuentra: te contaré todo en esta reseña.

Vengativo pero de crianza amorosa

Dragon Quest Monsters, al ser una serie secundaria, no suele tener tantas conexiones a los juegos principales más allá de los diseños de sus famosos monstruos. Sin embargo, The Dark Prince es bastante peculiar en este aspecto, en especial si menciono el nombre por defecto de su protagonista: Psaro.

El hijo del Rey de las Tinieblas, Psaro es un joven mitad humano y mitad monstruo, el cual fue desterrado de su tierra solo para que después intentara rebelarse contra su padre. Este fallido intento lleva a que el joven sea maldecido con la imposibilidad de dañar a un monstruo, reduciendo drásticamente las probabilidades de que el príncipe pueda matar al monstruoso rey.

No obstante, esto presenta una oportunidad excelente para presentar el concepto de dominio de monstruos: como buen acertijo, nadie dijo que el chico podría usar otros monstruos que no tuvieran la maldición para lograr su cometido, ¿o sí? En el camino, Psaro se encontrará con diversos aliados, quienes le acompañarán en su misión poco común en un RPG: conseguir venganza a cualquier costo.

A pesar de ser simple, la historia cumple su cometido, y es un concepto especialmente interesante para los fans de la serie principal, pues sus momentos destacados pueden sonar más familiares de lo pensado.

Monstruosa complejidad

Como mencioné anteriormente, Psaro se encuentra maldecido por su padre, lo cual lleva a la implementación de una excelente mecánica, la base de Dragon Quest Monsters: obtener, controlar y criar a tus propios monstruos.

Aunque inicialmente puede parecer muy sencillo, creo que es importante no engañarse: The Dark Prince cuenta con un sistema extremadamente complejo, el cual es fácil de aprender pero difícil de controlar adecuadamente. Con el afán de darte una idea de cómo funciona este sistema de crianza y combate, haré lo mejor posible para describirlo a continuación.

Después de recibir un primer monstruo, es posible buscar candidatos para tu equipo al sacrificar un turno de movimientos: de ser exitoso, podemos integrar a este nuevo miembro al escuadrón. Poco a poco, estos monstruos subirán de nivel, obteniendo más poder así como puntos de talento, los cuales pueden ser utilizados para desbloquear poderes latentes como más puntos de vida o defensa y habilidades especiales como hechizos o movimientos definitivos.

Al llegar a cierto punto de la exploración del mundo de The Dark Prince, se desbloqueará la síntesis, un método mediante el cual es posible combinar a dos monstruos para crear un nuevo y misterioso especimen. Este nuevo miembro será nivel 1, pero heredará hasta tres talentos de sus padres así como la mitad de los puntos de cada uno y parte del poder que obtenían al subir de nivel: esto provoca que cada hijo pueda superar a sus padres, incentivando de más de una forma la experimentación con nuestros pequeños amiguitos.

A pesar de que el juego utiliza un sistema de letras para clasificar a sus monstruos, este se combina con la crianza de monstruos para crear una experiencia altamente personalizable que hace que cada escuadrón de monstruos que creemos sea diferente: criar a un pequeño slime más de 10 generaciones para crear una máquina de destrucción es una de las labores que más te puede generar un juego de este género.

Los seis círculos del infiernito

El mundo de Dragon Quest Monsters: The Dark Prince es más diferente de lo que pensaba, pues aunque el enfoque de Psaro y sus aliados es en descubrir y dominar los seis círculos de Nadiria, el mundo infernal que es gobernado por su padre, estos círculos no son para nada lo que podrías esperar. Sí, hay un clásico campo de lava, pero también tundras, pantanos, desiertos, playas e incluso praderas hechas de dulces, en las cuales hay lluvias de caramelos de vez en cuando.

Puede sonar a broma, pero esto es completamente cierto, y es una idea extremadamente bienvenida en un juego cuyas mecánicas son altamente repetitivas: cada bioma cuenta con espacios cambiantes, los cuales dependen de la estación del año por la que esté pasando Nadiria. Aunque son cambios pequeños, como lagos congelados en el invierno o torbellinos en verano, cada cambio lleva consigo variedad en los conceptos de los ambientes así como variedad en los monstruos disponibles en el momento: si a todo esto conjuntamos que es posible reclutar monstruos pequeños o grandes, los cuales pueden atacar dos veces por turno pero ocupan dos espacios en tu grupo, tenemos entre manos un mundo que va de mano en mano con sus mecánicas e ideas.

Aunque sí, los RPGs de monstruos suelen ser sencillos, Dragon Quest Monsters: The Dark Prince es capaz de darte una lección de vez en cuando, incluso en el juego temprano. Al adoptar las mecánicas de Dragon Quest, una serie que para bien o para mal sigue contando con ideas y conceptos más estrictos hasta el día de hoy, es posible perder a todos tus monstruos antes de que cante el gallo (o que tu gallo pueda despertar a los aliados que se quedaron dormidos).

The Dark Prince es un RPG hecho y derecho, y trae consigo una aventura de buena duración, excelente para los fans de completar compendios de monstruos: si así quisieras, podrás criar más de 500 monstruos, muchos de los cuales solo aparecerán después de completar la aventura principal.

Si he de resaltar un punto negativo sobre este juego, curiosamente es algo que podrías esperar si estás acostumbrado a las desventajas del Switch: en algunos espacios abiertos, particularmente durante las transiciones entre estaciones, el juego presenta problemas de desempeño, principalmente con su tasa de cuadros por segundo. Sin embargo, el equipo del desarrollo del juego está trabajando en actualizaciones para corregir los errores detectados, por lo que es posible que este juego de recolección de monstruos arregle sus problemas para contar con una experiencia digna de su excelente sistema de juego.

¿Esperaba que el final de 2023 trajera consigo un juego tan divertido como The Dark Prince? Creo que no, y me encuentro gratamente sorprendido. A pesar de contar con estos problemas de desempeño antes mencionados, esta nueva aventura de recolección de monstruos es un RPG profundo y personalizable, digno del tiempo de cualquier fan de la serie y el género.

Pros:

+Excelente giro a la crianza de monstruos

+Agradable variedad de contenido en los distintos biomas

+Interesante cohesión con el mundo de la serie principal

Contras:

-Mal desempeño durante exploración de espacios abiertos