Dragon Ball es, probablemente, el anime más importante que haya llegado a Latinoamérica: No solo marcó una generación de gente, también fue, junto a otras caricaturas como Los Caballeros del Zodiaco, la puerta que permitió que una gran parte de la población latina conociera un poco de la cultura japonesa. Sin embargo, desde la época de los Budokai Tenkaichi de PS2, parecía que ningún juego haría honor a semejante legado a pesar de muchos intentos. Afortunadamente, me complace anunciar que Dragon Ball FighterZ solucionó ese problema para siempre.

¡Hola, soy Gokú!

Dragon Ball FighterZ es uno más de una larga lista de juegos de Gokú y sus amigos. Pero a diferencia de sus antecesores, el principal y prácticamente único enfoque de este título son los combates. Olvídate de volar por diferentes áreas en un mundo abierto, buscar las esferas del dragón en diferentes mundos, crear tu propio personaje o aprender ataques de diferentes maestros poco a poco como en XenoVerse. FighterZ fue desarrollado por el siempre confiable estudio de juegos de pelea Arc System Works, y desde que entras a tu primer combate te darás cuenta que la profundidad y las mecánicas de combate están en un nivel completamente diferente. Aunque si buscas una experiencia más completa, puedes estar tranquilo: sí hay varios modos de juego y algunas opciones extra.

Lamentablemente, lo primero que verás al iniciar FighterZ es, probablemente, lo peor de todo. En un intento de hacer el juego más atractivo para los nuevos, los desarrolladores hicieron un pequeño mapa/HUB central en donde, utilizando un personaje estilo chibi de la franquicia, te podrás mover para elegir las diferentes actividades disponibles y comunicarte con otros a través de stickers y mensajes predefinidos. Seguramente, la idea era mostrar toda la comunidad que está conectada al mismo tiempo pues ves a todos los demás jugadores online, pero aunque este mundito es entretenido al principio, realmente no tiene mucha utilidad práctica para quienes quieren echar unas retas con los amigos. De hecho, hacer partidas online personalizadas es poco intuitivo y, debido a problemas de servidores, mucho más difícil de lo que debería ser. La posibilidad de utilizar el dinero que ganas peleando para personalizar tu personaje, tu tarjeta de jugador, tus stickers y demás; así como el chistoso/tierno estilo visual chibi, son probablemente lo mejor de la carta de presentación de Dragon Ball FighterZ.

¡El Androide 21 ataca!

En cuanto a diferentes modos de juego, FighterZ ofrece varias opciones. Partidas online rankeadas y libres (con desconocidos o con amigos), partidas locales, un extenso modo entrenamiento con retos de combos y un canal de repeticiones para ver las mejores partidas propias o de profesionales son lo más básico que encontrarás. También hay un modo arcade que te enfrentará con una serie de enemigos y en el cual irás avanzando en un mapa con ramificaciones según tu desempeño en los combates. Si quieres llegar hasta el final, enfrentarte a los más fuertes y ganar mucho dinero, tendrás que pelear muy, muy bien. Además, hay un gran incentivo para este modo: al pasarte los caminos más difíciles en la dificultad más alta, desbloquearás a Gokú y Vegeta Super Saijayin Blue.

La campaña es el modo más complejo y extenso de Fighterz. Cuenta una historia original que te involucra a ti (el jugador), a todos los guerreros Z y sus máximos oponentes y un enemigo nuevo que pondrá en peligro la supervivencia de la Tierra. La historia está contada a modo de novela gráfica con escenas ilustradas con la técnica cel-shading que ofrece modelos totalmente fieles a los de la caricatura (pero en 3D), cada personaje tiene su propio tema musical original y hasta cuenta con doblaje de voz oficial en japonés e inglés. Lamentablemente, sí se extraña el doblaje latino que pudimos disfrutar en pasados juegos de Bandai Namco, como Saint Seiya: Soldier’s Soul Naruto Shippuden: Ultimate Ninja Storm 4. La buena noticia es que todas estas características también se disfrutan al calor del combate: la música, los gráficos y el doblaje.

El hilo conductor de la historia (el cómo los guerreros pierden sus fuerzas) también es una excelente manera de explicar una de las mecánicas principales del título: el porqué las peleas siempre son 3 vs. 3. Este modo tiene ligeros tintes de RPG, pues poco a poco irás consiguiendo aliados para tu equipo, los peleadores subirán de nivel, conseguirás habilidades pasivas para usar en batalla y muchos detalles más. La manera de jugar intenta también tomar un poco de los juegos de estrategia y Shadow of War, pues te moverás en un mapa, tendrás ciertos turnos para cumplir tu objetivo (derrotar al jefe de tal escenario), y cada turno hará que los enemigos se vuelvan más fuertes, etc. Lamentablemente, esta mecánica alarga demasiado la campaña, pues tienes que hacer decenas de enfrentamientos inútiles (pues involucran clones) para avanzar, al punto que el modo se vuelve tedioso y cansado a pesar de que la premisa de la historia pueda ser interesante. El aspecto más interesante de la campaña es el de los diálogos curiosos y entretenidos que tienen diferentes personajes al hacer emparejamientos poco comunes de tu equipo contra sus oponentes. Por ejemplo, Gotenks y Majin Buu empiezan a pelear sobre quién come los mejores postres, Vegeta y Piccoro hablan sobre lo mal padre que es Gokú y Cell se burla de lo débil que se ha vuelto Gohan al crecer. Descubrir estas pequeñas interacciones antes de la pelea es, al menos, entretenido. El otro gran incentivo de terminar el modo historia y sus 3 largas sagas es desbloquear al misterioso Androide 21, uno de los mejores peleadores de todo el juego.

¡Su poder de pelea es de más de 8000!

Ahora sí, ya podemos hablar de lo más interesante de todo: los combates. Como mencioné antes, Dragon Ball FighterZ es un juego de peleas donde siempre se enfrentan 3 contra 3, al más puro estilo de Ultimate Marvel vs. Capcom 3. Definitivamente, esta mecánica es un gran acierto, pues cambia el modo de juego de muchas maneras: Para empezar, tendrás que aprender a manejar, al menos, 3 personajes; no podrás solo especializarte en uno, lo que ayuda de manera importante a ver variedad y variación en los enfrentamientos. Por otra parte, los cambios se realizan en tiempo real, y los puedes usar tanto de manera ofensiva como defensiva… ¡incluso puedes invocar a los 3 peleadores a la vez para que hagan sus ataques definitivos! Así, cada enfrentamiento es una lucha frenética entre los 6 personajes llena de cambios, acción, teletransportación, golpes, patadas, combos y poderes definitivos.

Los controles son tan precisos como en cualquier otro juego de Arc System Works, pues cada personaje hará exactamente lo que le pidas en el momento en que se lo pidas, ni un segundo antes ni un segundo después. Lamentablemente, el roster es relativamente pequeño: solo 24 personajes (más 8 prometidos que estarán disponibles en un futuro via DLC), aunque la gran ventaja es que cada uno de ellos tiene su propio moveset. A pesar de que hay combinaciones universales, cada peleador tiene mecánicas únicas, desde Yamcha y su velocidad hasta Hit y sus saltos temporales, Krillin con el multi Kienzan o Nappa y sus Saibamen. Gracias a esta profundidad en el gameplay, pelear se vuelve mucho más divertido que en los más recientes títulos de Dragon Ball, donde tarde o temprano la lucha se volvía repetitiva.

¿Lo mejor del sistema de peleas y, probablemente, de todo FighterZ? ¡El juego es muy accesible! Gracias a un sistema de combos sencillos y universales, incluso los jugadores más nuevos podrán ver a sus personajes favoritos lanzando ataques vistos y finalizando con un golpe de energía definitivo. Una de las grandes problemáticas de los juegos de pelea en la actualidad es que son muy difíciles: si no tienes años de experiencia y un manejo de precisión milimétrica, probablemente no puedas hacer nada. Dragon Ball FighterZ da la bienvenida a nuevos y veteranos por igual; pues mientras que los primeros pueden disfrutar el juego casual, los más clavados pueden hacer cadenas de combinaciones de combos o combos interminables, como en los mejores títulos de peleas de la actualidad. No te equivoques: este juego es fácil de entender pero difícil de dominar. Si quieres ser un jugador competitivo, tendrás que pasar horas practicando en línea o en el modo entrenamiento — el cual por cierto, es grandioso pues te deja grabar y reproducir acciones específicas.

Por último, tengo que hacer un apunte sobre el modo online, pues es fundamental en este tipo de juegos competitivos. Lamentablemente, al modo de publicar esta reseña… no es muy confiable. Encontrar un combate es muy difícil incluso si estás buscando una partida libre, y hacer un lobby con amigos tampoco es muy intuitivo. Esperemos que los desarrolladores se den cuenta de esto y lo arreglen pronto. La buena noticia es que el lag es prácticamente (o totalmente) inexistente. En todas las partidas que pude encontrar, no hubo una sola vez que sintiera que mi personaje se tardara en responder a los comandos. Definitivamente, esto es una gran ventaja que ayudará a FighterZ a crear una comunidad saludable y competitiva.

Con gráficas vistosas y fieles al anime, una banda sonora original y de excelencia (aunque no se aprecie tanto por los constantes gritos), equipos de 3 vs 3 y un sistema de pelea fácil de entender pero muy profundo, Dragon Ball FighterZ es, probablemente, el mejor juego de la franquicia desde hace muchos años. Arc System Works escuchó a los fans y les dio lo que más querían: un juego tradicional 2D en el cual cada peleador tenga las mismas posibilidades de ganar siempre y cuando el jugador sea hábil. A pesar de algunos errores de diseño y en el apartado online, esta es una aventura en el mágico mundo de Akira Toriyama que no te puedes perder.

Pros:

+ Visual y auditivamente espectacular

+ Sistema de peleas profundo y preciso que recibe a principiantes como a veteranos por igual

+ Muchos modos de juego

+ Peleas espectaculares aseguradas

Contras:

– Roster corto en comparación con otros juegos; 8 personajes extra costarán dinero

– Problemas en el lobby y en el online

– Modo historia tedioso