Death Stranding: Director’s Cut, como a estas alturas ya sabes, es la versión definitiva de la más reciente joya de Hideo Kojima. Ahora bien, aunque el nombre pueda insinuar que este juego hace diferentes cosas narrativamente hablando, la realidad es que es más bien una versión extendida, con contenido extra. Aquí en Joystick Cloud analizamos este corte del director cuando se estrenó originalmente, pero ahora también tuvimos la oportunidad de probar su reciente lanzamiento en PC. Aquí te dejamos nuestros comentarios técnicos sobre esta versión, seguidos de nuestra reseña original.

Lo mismo, pero mejor

Hay que comenzar recordando que, tras su lanzamiento en 2019, Death Stranding se convirtió en uno de los juegos más hermosos jamás creados, tanto por la paleta de colores, el diseño de arte, y la composición y fidelidad gráfica. Esto se cimentó con el Director’s Cut y su mejora de resolución y tasa de cuadros por segundo, y ahora va un paso más allá con el lanzamiento para PC de este corte, pues lleva las posibilidades audiovisuales al máximo.

En PC, Death Stranding: Director’s Cut ofrece buena variedad de opciones gráficas que puedes modificar para asegurar que el juego funcione a la perfección en tu equipo, sin importar qué gama sea. Por ejemplo, la resolución puede empezar en 720p, pero del otro lado llega a un increíble 8K. Por otra parte, la tasa de cuadros por segundo se puede mover libremente desde los 30 hasta los 240 fps, para que puedas ver a Sam Porter Bridges tan fluido como nunca, si es que tu monitor o televisor lo permite. También se puede modificar la calidad de los gráficos, detalles de modelos, resolución de las sombras, oclusión ambiental y reflexiones espaciales.

Por otra parte, se pueden activar o desactivar a tu antojo el Vsync, la profundidad de campo y el desenfocado de movimiento, para que modifiques la experiencia visual a tu antojo, dependiendo de si te gustan esos efectos o no y el impacto que tienen el el desempeño. En general, si bien las opciones gráficas no son tan variadas como en otros juegos, cumplen su cometido y permiten modificar el juego para que pueda correr en una gran variedad de computadoras.

Disfruta la vista

Donde se encuentra la verdadera magia de Death Stranding: Director’s Cut es en los efectos de postprocesamiento y el impacto positivo que tienen el rendimiento. El juego permite elegir entre las 2 formas más populares de anti-aliasing (TAA y FXAA); pero más importante aún, tiene acceso a la tecnología Image Scaling y DLSS 2.0 de NVIDIA, y FidelityFX Super Resolution de AMD. Como sabes, estas son soluciones basadas en hardware y software (dependiendo de qué componentes tienes), así como de inteligencia artificial, que predicen cómo se verá una imagen a mayor resolución, sin que esta imagen tenga que ser rendereada a esa resolución mayor. En pocas palabras, el resultado es una imagen de gran resolución que no necesariamente exige tanto de una tarjeta gráfica, lo que a su vez hace que el juego corra mejor.

La cosa se pone aún mejor, pues Death Stranding: Director’s Cut es un juego increíblemente bien optimizado para PC. Los requerimientos mínimos indican un procesador Intel Core i5-3470 o AMD Ryzen 3 1200 y una tarjeta gráfica de NVIDIA GeForce GTX 1050 o AMD Radeon RX 560, los cuales en este momento tienen más de un lustro en el mercado. Los requerimientos recomendados son apenas ligeramente mayores: procesador Intel Core i7-3770 o AMD Ryzen 5 1500 y tarjeta gráfica NVIDIA GeForce GTX 1050 o AMD Radeon RX 590, que también son ya bastante antiguos. Para un juego que se ve hermoso, estos requerimientos dan francamente risa.

Tomando en cuenta todo lo mencionado anteriormente, nuestra experiencia con Death Stranding: Director’s Cut fue magnífica. Para nuestras pruebas usamos un procesador Intel Core i5-11400 y una tarjeta gráfica NVIDIA GeForce GTX 1070. Si bien el procesador es relativamente nuevo, la tarjeta gráfica tiene ya 6 años y aún así el resultado fue impresionante considerando lo que pedimos. Pudimos jugar el título en resolución 4K a 60 cuadros por segundo con caídas mínimas, ¡mínimas! con todos los elementos en calidad Muy alta y con la tecnología FidelityFX activada. Sí, se generaban un poco de artefactos y ruido en uno que otro elemento, sobre todo en el fondo, pero el resultado siempre fue impresionante considerando lo exigido y los componentes. Si bajamos la calidad de los elementos a solo Alta, ni siquiera tuvimos que activar FidelityFX para mantener los 60 cuadros.

Sin importar si había cinemáticas, escenas contemplativas o acción, el juego siempre se mantuvo en 60 cuadros increíblemente estables a una resolución altísima. Ignoramos si esta estabilidad se deba al motor gráfico Decima, las tecnologías de supersampleo o a la magia del equipo de programadores de Hideo Kojima, pero este es un desempeño que no puede conseguirse a resolución 4K para otros títulos recientes en una tarjeta gráfica de 2016. Y bueno, poniendo esos 4K a uso, simplemente debo decir que jugar te quita el aliento: hagas lo que hagas, veas lo que veas: modelos de personajes, enemigos, menús, cinemáticas, paisajes, objetos… pocos juegos se han visto de esta manera en la historia. En este aspecto, solo me queda aplaudir a Kojima Productions.

Detalles

Una vez analizados los aspectos técnicos, solo queda mencionar 2 detalles importantes. El primero es que Death Stranding: Director’s Cut para PC se vende como adición o como producto separado tanto en Steam como en Epic Games Store. Si quieres comprar el juego de 0 te costará $769 MXN, pero si ya tienes la versión original, la actualización que agrega todo el contenido nuevo solo te costará $200 MXN. Así, Kojima permite mejorar su versión a los usuarios de una manera relativamente barato, lo cual se agradece considerando todos esos desarrolladores y distribuidores que te piden que vuelvas a comprar el producto completo.

También existe la posibilidad de migrar tus partidas guardadas desde la versión base, aunque la manera de hacerlo es un poco torpe. Primero, tienes que ejecutar la versión original de Death Stranding para PC, asegurándote de que se encuentre al menos en la versión 1.07. Después, debes de ir al menú en una terminal de entrega, ir a Sistema y luego elegir Exportar Datos. Lamentablemente, Sam no puede tener ninguna orden activa, o si no el título no te dejará exportar. Una vez hecho esto, ejecuta Death Stranding: Director’s Cut con la misma cuenta y en el menú principal verás la opción de importar tus datos. Es verdad que el proceso solo se hace una vez, pero aún así no deja de ser molesto; quizá Smart Delivery de Xbox simplemente nos malacostumbró.

En cualquier caso, Death Stranding: Director’s Cut es, como ya te comentamos antes, la mejor versión de la más reciente joya de Hideo Kojima. Por un tiempo, esta nueva versión fue exclusiva de PS5, pero Kojima Productions puso su magia a trabajar y creó este impresionante port que es simplemente perfecto. Una buena cantidad de opciones gráficas que permiten jugar en toda clase de computadoras; tecnologías de supersampleo que ofrecen un rendimiento altísimo y estable; y opciones de resolución y fluidez ni siquiera disponibles en consola, convierten a Death Stranding: Director’s Cut PC en la versión definitiva definitiva del juego.

A continuación te dejamos nuestra reseña original de Death Stranding: Director’s Cut que publicamos cuando el título fue lanzado originalmente para PS5:

Hace un par de años, conocimos con Death Stranding lo que Hideo Kojima puede crear cuando está totalmente liberado de cualquier tipo de restricción. Ahora, con Death Stranding: Director’s Cut, el autor nos presenta una versión corregida que, tal y como él menciona, más que ser un «corte del director» es un «plus del director«. Aquí no hay cambios drásticos, sino adiciones que aumentan la experiencia.

La segunda vez es (mucho) más sencillo

Lo primero que tienes que saber de Death Stranding: Director’s Cut es que, a grandes rasgos, es la misma experiencia y la misma historia que se mostró en la entrega original de 2019. Sigues siendo Sam Porter Bridges y tu misión sigue siendo entregar paquetes en un mundo postapocalíptico. Sigues tratando de reconectar Estados Unidos y debes hacerlo con mucha calma, mucha paciencia y mucha valentía, pues la superficie está plagada de terroristas y de BTs, monstruos que se quedaron atorados entre el mundo de los vivos y los muertos. En esta reseña no me voy a meter mucho en el lore ni en el bucle de jugabilidad primario, pues para saber más sobre eso puedes leer nuestro análisis del juego original. En lugar de ello, aquí me enfocaré en hablar sobre los nuevos contenidos y la manera en la que benefician o perjudican la aventura, ahora en la nueva generación.

Originalmente, mucha gente se quejaba de el ritmo glacial de Death Stranding y parece que Kojima escuchó estos lamentos, pues ofreció a los jugadores varios juguetes extra con los que ahora la vida de Sam Bridges es mucho más sencilla. Durante tus primeras horas de juego tendrás acceso a 2 herramientas muy bien implementadas, al punto que parece irrisorio que no estuvieran ahí en primer lugar. Ninguna de ellas cambia drásticamente la experiencia, pero sí ayudan a sobrellevar de mejor manera esas primeras horas que originalmente se podían a llegar a sentir algo tediosas.

Primero está el exoesqueleto, un par de piernas mecanico-eléctricas que le dan un poco más de fuerza y empuje al protagonista, algo sumamente necesario durante esos primeros capítulos en los que no puedes cargar mucho, no eres muy rápido y no tienes acceso a las construcciones o vehículos más avanzados. Por otra parte está una pistola eléctrica, un arma no letal que funciona como taser y pone a dormir a los enemigos. Además de ser un guiño a los juegos de espionaje pasados de Kojima, esta arma facilita mucho los enfrentamientos tempranos contra los MULEs, contra quienes no tenías modo de defenderte durante la primera parte de la campaña. Aunado a esto, ahora Sam tiene algunos movimientos de combate cercano nuevos que, también, lo ayudan a ser un poco más efectivo en batalla.

También hay otro par de herramientas extremadamente útiles, pero las menciono por separado porque no entiendo muy bien por qué fueron añadidas. De hecho, si quieres un consejo, creo que no deberías utilizarlas. Déjame explicar: Death Stranding siempre se trató de las dificultades de reconectar Estados Unidos. Gran parte de la satisfacción de su bucle de juego se fundamentaba en literalmente ver sufrir a Sam al pasar por ríos y valles y prácticamente llorar de felicidad al llegar a un asentamiento, poder hacer la entrega y descansar. Lamentablemente, el robot amigo y la catapulta trivializan este viacrucis.

Tal como estabas pensando, la catapulta permite colocar algunos de tus paquetes y con el presionar un botón los lanzas cientos de kilómetros hacia su destino, permitiendo que caigan suavemente sobre el piso y evitando todos los obstáculos. Por otra parte, el robot amigo puede acompañarte en tus viajes y llevar todo tu cargamento cual botones de hotel, mientras trota a tu lado alegremente. Incluso puedes mandarlo remotamente a dejar paquetes de manera independiente hacia algún centro. Y si eso no te parece suficiente, en el peor de los casos literalmente puede cargarte, sorteando los obstáculos automáticamente mientras tú solo te dedicas a observar el paisaje. Entiendo que algunas personas podían llegar a frustrarse con el curioso y difícil sistema de movimiento y balance de Death Stranding, pero estas adiciones, más que ayudas, parecen trucos. Francamente, si quieres experimentar este título y todas las emociones que causa en todo su esplendor, te recomiendo evitar este par de objetos.

¿Metal Gear Stranding?

Naturalmente, además de agregados que facilitan la experiencia, Death Stranding: Director’s Cut también incluye cosas más sustanciosas. Una de ellas es un área completamente nueva llamada La Fábrica que, en términos simples, es un gran guiño a los amantes de Metal Gear Solid, el magnum opus de Hideo Kojima.

Para cambiar un poco el ritmo de un juego que se basa en el movimiento a campo traviesa, las misiones de La Fábrica se llevan a cabo en interiores, algo que no se podía en el juego original. A lo largo de tu aventura, se te ofrecerán algunas misiones en este nuevo lugar al que te vas adentrando poco a poco, que está lleno de MULEs y en donde la jugabilidad está totalmente enfocada en el combate y el sigilo. Y sí, estas misiones son la manera en la que Hideo Kojima nos ofrece un pedacito de Metal Gear Solid: hay enemigos posicionados estratégicamente para que los vayas incapacitando uno a uno, hay flores, hay tumbas ¡y Sam hasta se mete en una caja! La serie de misiones también expande de alguna manera la historia de Death Stranding, aunque lamentablemente no es una subnarrativa lo suficientemente larga o sustanciosa como para causar un impacto real. Aún así, es notorio que Kojima disfrutó mucho crear este contenido y como fanático del autor no puedo nada más que agradecerlo.

Por otra parte, también hay otro guiño a Metal Gear Solid, también enfocado en el combate, más sutil pero sí muy útil. Se trata de un modo de campo de tiro con misiones, el cual desbloqueas muy temprano y te permite probar todas tus armas sin miedo a poner en peligro tu cargamento. Básicamente, hay misiones VR que ponen a prueba tu habilidad, así como lo hacía cierto juego de PSX en ciertas misiones parecidas. ¿Qué tan rápido puedes ahogar o incapacitar un grupo de MULEs o limpiar un campo de blancos con forma humanoide? Además de servir como práctica, este modo y estas misiones tienen tabla de líderes, para que enfrentes tus tiempos contra otras personas en el mundo. Los desafíos siempre son divertidos.

Como detalle, las tablas de líderes toman un papel muy importante en Death Stranding: Director’s Cut, pues también puedes pedir encargos especiales que también te enfrentan contra los tiempos de otras personas. Ah, y por si fuera poco, también puedes repetir las épicas batallas contra jefes humanos y BTs, para ver cuán rápido y con qué menor cantidad de daño recibido puedes terminarlas…. y también comparar tus tiempos. En este juego, la conexión y el enfrentamiento contra otros son más notorios que nunca.

La última gran adición de Death Stranding: Director’s Cut es una pista de carreras, algo para lo cual no tengo explicación alguna. Mi mejor intento es suponer que Kojima un día solo se levantó y dijo, ¿por qué no? Una vez que te reencuentras con Fragile, puedes construir este postapocalíptico circuito en el que das vueltas lo más rápido posible en vehículos y modos y… adivinaste: te enfrentas contra fantasmas y los tiempos de otros jugadores. Lamentablemente, el manejo de los vehículos nunca fue el fuerte de este título, algo que se evidencia en esta actividad que se enfoca totalmente precisamente en el control. Realmente, no se siente el peso de los vehículos, y la aceleración y el frenado no se sienten realistas en lo absoluto: chocar con una curva te para en seco. Supongo que estas carreras pueden ser una actividad divertida para quien quiera pasar más tiempo en este mundo, pero la experiencia no es particularmente satisfactoria.

Pisadas que pesan

La magia de Death Stranding nunca estuvo en el destino sino en el trayecto y esto se evidencia y se disfruta plenamente en este Director’s Cut. El poder del PlayStation 5 permitió mejoras notables en la mera experiencia de caminar. Para empezar, la retroalimentación háptica y los gatillos adaptativos te hacen sentirte más sumergido que nunca en este Estados Unidos postapocalíptico. El cambio de la vibración en el control según la superficie que estás pisando, la fuerza de la resistencia de los gatillos según que tanto cargamento traes o qué tan cansado está Sam, la combinación de estos elementos sensoriales con los sonidos ambientales saliendo de la poderosa bocina del control, la excelente implementación del audio 3D… simplemente se siente muy bien.

Si de por sí ya se te erizaba la piel al estar cerca de un BT, imagínate ahora al sentir cómo el control vibra cada vez más fuerte de cierto lado dependiendo de por dónde se acerca el monstruo y qué tan cerca está de ti. Sin duda, es una experiencia terrorífica que no se podría vivir si no fuera por el DualSense. Death Stranding: Director’s Cut es increíblemente inmersivo, mucho, mucho más que en PS4.

Por otra parte, también están las mejoras que ofrece el PS5 simplemente por el poder de sus componentes. En primer lugar, Death Stranding: Director’s Cut ofrece 2 modos de visualización: rendimiento, que ofrece resolución 4K escalada y 60 cuadros por segundo; y fidelidad, que ofrece resolución 4K nativa y 30 cuadros por segundo. En ambos casos, los gráficos y los paisajes se ven preciosos y en ningún caso hay caídas de cuadros. Estados Unidos se ve y fluye mejor que nunca, así que la decisión básicamente se reduce a si prefieres fluidez o nitidez. Por otra parte, las pantallas de carga, aunque frecuentes, nunca duran más de un segundo o dos.

El mañana está en tus manos

¿Es Death Stranding: Director’s Cut la experiencia definitiva del juego de Kojima? Realmente sí, pues agrega armas, opciones, facilita el inicio, añade contenido, y se ve y se siente mejor que nunca. Esto es especialmente llamativo, considerando que la mejora solo cuesta $10 dólares si ya tenías el juego base (a diferencia de otros Tsushima, cof cof). Solamente toma en cuenta que los cambios que se hicieron aquí son más bien adiciones y no elementos que realmente revolucionen la experiencia.

Si ya jugaste Death Stranding y estabas buscando un pretexto para visitar este mundo de nuevo, o si quieres experimentarlo una vez más, entonces Death Stranding: Director’s Cut es para ti. Sin embargo, si la entrega original no te gustó, no te llamó la atención o sus extrañas mecánicas te aburrieron, esta nueva versión definitivamente no te hará cambiar de parecer.