No es ningún secreto que Dragon Ball es una de las caricaturas más influyentes en la historia de Latinoamérica. Las batallas de Gokú, Vegeta y los Guerreros Z fueron legendarias y estarán siempre en nuestra memoria. Sin embargo, es precisamente ese bagaje lo que hace que los juegos de esta franquicia se sientan siempre repetitivos: siempre hacemos lo mismo, repetimos lo mismo y luchamos con los mismos contra los mismos. Afortunadamente, Bandai Bamco finalmente tiene una propuesta diferente. Se llama Dragon Ball: The Breakers y tuve la oportunidad de probar la Beta cerrada.

Dragon Ball by Daylight

A grandes rasgos, Dragon Ball: The Breakers es una fusión entre Dead by Daylight y Evolve, 2 juegos multijugador asimétricos que ponen a un puñado de personas en equipo que deben colaborar para sobrevivir a otra persona mucho más poderosa. El detalle aquí, por supuesto, es que este juego está ubicado en el interesante universo de Akira Toriyama que conocemos tan bien.

El juego plantea grietas temporales que absorben a 7 humanos regulares, que se ven atrapados en un mundo alterno que se ve acechado por algunos de los villanos más temibles de Dragon Ball: Freezer, Cell o Buu. Aquí no están ni Gokú ni sus amigos, por lo que los jugadores deben utilizar estrategia, gadgets, y mucha comunicación para detener al acechador el suficiente tiempo como para arreglar la máquina del tiempo y escapar con vida. Por otra parte, el acechador tiene que ir asesinando a los sobrevivientes poco a poco, para ir evolucionando, llegar a su forma perfecta y acabar con ese mundo.

Humanos vs. Monstruos

El chiste de cada partida, para los sobrevivientes, es encontrar las llaves que se encuentran en cada zona del mapa escondidas en cofres al azar, para así poder activar la máquina del tiempo. Jugar en este papel implica que encontrarte con el acechador es una muerte prácticamente segura, por lo que casi todas tus habilidades tienen que ver con movilidad y escape: bombas de humo, ganchos que te jalan y naves de escape rápido, por ejemplo. Sin embargo, también se pueden recolectar armas poderosas y una especie de energía que te permite convertirte en un Guerrero Z temporalmente, para poder hacer frente al acechador. De hecho, si todo sale bien, incluso pueden derrotarlo, pues el malo tiene una barra de vida.

Por otra parte, el acechador debe ir cazando poco a poco a los sobrevivientes, para así ir obteniendo habilidades más poderosas, hacerse más fuerte, e incluso destruir áreas completas del mapa. Así pues, durante las partidas siempre permea un sentido de urgencia desde ambos bandos; los unos para evitar ser encontrados y poder escapar, y el otro para derrotar a los sobrevivientes antes de que se vuelvan muy poderosos o cumplan su cometido. Habido tenido partidas desde ambas perspectivas, me parece que Bandai Namco hizo un buen trabajo balanceando la jugabilidad como para que, sin importar si eres bueno o malo, tengas la oportunidad de ganar.

Un detalle que no me gustó de esta Beta cerrada que supongo que será corregido en el lanzamiento final es que realmente no hay un buen tutorial. O sea, sí hay pantallas de texto, pero no hay forma de poner en práctica esos conocimientos teóricos mas que ya en una partida multijugador, o una manera de practicar o entrenar. Así, durante mi primera hora nunca entendí muy bien lo que estaba pasando. Hay muchos botones y habilidades, íconos en pantalla y mensajes, por lo que todo se volvió muy abrumador y simplemente me dediqué a buscar las llaves y esconderme.

Eso me hizo darme cuenta de un aspecto fundamental de este tipo de juegos multijugador asimétricos: la comunicación no es una opción, es una necesidad. Si eres sobreviviente, es forzoso que estés hablando con tu equipo todo el tiempo, ya sea para señalar objetos y lugares de interés o para pedir ayuda contra el acechador. Me parece que es un juego que puede ser muy disfrutable, siempre y cuando tengas un equipo con el que coordinarte; de otra manera puede ser extremadamente fustrante. No obstante, no puedo negar que cuando todo se alineaba y lograba hacer las cosas bien con mi equipo, derrotar al acechador me brindó un verdadero sentimiento de alegría y satisfacción por un buen trabajo en conjunto.

Ser acechador es más sencillo (al menos si eres principiante) y es un verdadero deleite ser, al menos por una vez, el malo de la película. Ver cómo todos los jugadores intentan huir cuando te ven o poder elevarte al cielo y lanzar un kamehameha que destruye un área compla es empoderador y se siente muy bien. Sin embargo, tampoco creas que lo tienes todo resuelto, pues si te duermes en tus laureles, los sobrevivientes que sí se pusieron a trabajar se te pueden escapar bajo tus narices o, peor aún, humillarte y derrotarte en sus fases de Guerrero Z.

El guerrero del futuro

Dragon Ball: The Breakers está pensado para ser un juego como servicio: se promete contenido continuo y hay un montón de habilidades y cosméticos que se van desbloqueando a medida que obtienes moneda y experiencia al salir victorioso en una partida. La IP es muy importante, así que me parece que Bandai Namco puede estar frente a su primer juego que le puede traer ganancias continuas. La compañía solo tiene que trabajar en afinar mecánicas, añadir cosas, personajes o escenarios constantemente y mantener a la comunidad involucrada para que, nunca mejor dicho, sobreviva.

Al principio este juego me frustró, pero me parece que puede ser muy entretenido para quienes disfrutan el universo de Akira Toriyama, sobre todo por ese sentimiento de tensión y urgencia que nunca se había sentido en la franquicia antes. El lore, la música, los sonidos y los gráficos que todos conocemos, ya están ahí, ¡incluso puedes invocar a Sheng Long con las esferas del dragón! La jugabilidad es sólida y relativamente balanceada, por lo que se puede disfrutar siendo de los 2 bandos. Ahora, falta saber qué añadirá Bandai Namco alrededor de estas piezas fundamentales correctas y si le pondrá precio al juego o no, para identificar si tendrá longevidad. Al menos, aplaudo que la propuesta esta vez vaya más allá de repetir las mismas peleas de siempre.