La paternidad es la madre de todas las responsabilidades, de eso no cabe ninguna duda. Basta observar los multidimensionales estragos que sufre el hijo ante cualquier incompetencia de sus padres. Todavía no somos capaces vislumbrar las abrumadoras consecuencias de tan sencilla verdad, nuestra exponencial propagación evidencia nuestra ignorancia. Pues sí, aunque todos estemos biológicamente codificados para procrear no significa que debamos. Cualquier idiota puede engendrar pero no cualquiera idiota cría. (Pseudo) padres ineptos hay de lo más variopintos: desde el ausente al imbécil, del irresponsable al maltratador. Uno en particular merece especial cuidado: el Padre Jefe, ese que cree que el hijo es un empleado que puede zarandear a su placer, ese padre con Síndrome de Mini-Me.

Me dirán que las compañías no son padres de sus IPs y que pueden sacarles el dinero como les plazca. Eso es en teoría correcto pero no necesariamente en la práctica. No olvidemos que la nuestra es la Era de la conectividad social quiere decir que el dinero vale casi tanto como la reputación (que se lo digan a las últimas películas de DC). Entonces, van a negar que Bomberman Act Zero, Resident Evil Umbrella Corps o Metal Gear Survived no fueron salvajemente forzados por sus compañías a ser lo que no debían? Estos grandes nombres se consagraron a pulso de identidad, una identidad que en su momento fue desarrollada, recientemente cuestionada y hoy vilmente desfigurada.

La franquicia Metroid Prime tiene esta vez la desgracia de ser la última víctima. Fue en el E3 del año pasado cuando descubrimos su secuestro. La fanaticada reacciono inmediatamente con un 90% de dislikes en YouTube pero ya no había nada que hacer, tras un largo silencio delator hoy observan con horror la atrocidad que liberaron sus captores: una criatura amorfa y renqueante que balbucea algo sobre alguna fuerza especial. La franquicia fue brutalmente violada.

Apartado gráfico y gameplay

El producto que hoy nos ocupa es un fracaso a casi todo nivel. Lo único positivo es la reminiscencia que evoca. Recuerda a Prime, a Hunters a grandes obras con las que comparte ciertas mecánicas y ciertas formas. Deliré al imaginar lo que pudo ser… pero como siempre la realidad aplasta los sueños con sórdida imposición. Tratamos con un producto menor, desatendido, desaliñado, maltrecho que presume su bajo presupuesto y pobre ejecución. No me refiero únicamente al apartado gráfico (que parece de hace 2 generaciones) sino a su desvergüenza: no muestra ningún esfuerzo en suavizar texturas, en detallar escenarios, en deleitar artísticamente, al contrario todo se siente rustico o rudimentario, su despliegue supone una tortura para los ojos. Quizás el apartado sonoro no caiga tan bajo pero tampoco resulta destacable. Los controles se limita a emular el funcionamiento de Hunters pero empobrecido en posibilidades y utilizando el giroscopio para apunte manual… buena idea en papel pero torpe en funcionamiento.

Impactante gráficos…

Historia

Como ahora todo hay que justificarlo argumentalmente, al poco de iniciar aparece un monigote en pantalla contándonos algo sobre una Federación Espacial. Excusas para tratar de dar sentido a nuestro desplazamiento del punto A al B, cumpliendo sencillas misiones cuyo finalización sería más eficiente entre 4 jugadores pero no quiere decir que estén pensadas para trabajar en equipo: Nos piden buscar 4 esferas, en solitario tendremos que ir de una en una mientras que con amigos cada cual va a la suya, ya está, esa es la diferencia entre jugar solos o acompañados. Critica aparte merece el tono obscenamente genérico de los personajes, sin atisbo de diferenciación o personalidad alguna, podrían ser todos robots y daría completamente igual. Encima trata de mantener el ambiente de exploración, el tono lúgubre y el ritmo misterioso de sus hermanos mayores, cuando todo lo demás juega en su contra.

Derroche de carisma.

Derroche de carisma.

Conclusión

No niego que algunas misiones consiguen cierto nivel de desafió, que el juego en conexión funciona relativamente bien y que luce un simpático efecto 3D pero no salvan un producto desprovisto completamente de significado. Ofrece también un minijuego que apareció gratis en la eShop: Blast Ball, una suerte de Rocket League al estilo Metroid que entretiene con amigos pero su mengua de opciones o profundidad lo rebajan al nivel general del producto. Este innombrable fracasa por jugar a ser un juego que no es. Por incrustar multijugador a una franquicia tradicionalmente single player solo para pavonear la moda del momento. No hay mejor ejemplo que su estilo súper deformado… llamandose Metroid

Es así de fácil estimada compañía: es tu hijo sí, pero eso no avala que lo fuerces a satisfacer tus caprichos o peor aún: los caprichos de otros o peor todavía: a ser quien no puede ser.

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