Gracias a Canal 5 muchas de las personas que asistimos a ver It o Eso (como se le conoce en México) este fin de semana pensábamos que la versión de 1990 era una película a la que se le debía hacer justicia de forma impecable. Y la verdad es que no era ni siquiera una película, sino una miniserie de televisión, tampoco era muy buena y no había que rendirle mucho homenaje… por suerte todo salió muy bien y con ello It se ha convertido en un fenómeno cinematográfico que solo el cine de terror puede lograr.

En el pueblo de Derry las desapariciones de personas adultas y niños son situaciones cotidianas para la población, la búsqueda por cada nuevo ausente se detiene al momento de que un nuevo incidente comienza a generar ruido entre los habitantes. Los perdidos son olvidados, y nadie parece encontrar solución o mostrar interés en lo que ocurre dentro del pueblo.

Uno de los desaparecidos más recientes es Georgie, un pequeño que aparentemente fue arrastrado por una tormenta. La desaparición del menor no será un asunto sin respuesta para su hermano mayor, Bill Denbrough (Jaeden Lieberher), quien acompañado de un grupo de amigos conocidos como “Losers’ Club” se encontrarán con una serie de eventos que no solo desafían la realidad, sino que parecen utilizar su miedo para destruirlos por completo.

Evidentemente la historia no se diferencia mucho de lo que vimos en 1990, y es que, si bien no se trata de una serie extraordinaria, Eso logró aprovechar los elementos a su alrededor para colocar la idea de Stephen King en la memoria colectiva de toda una generación que creció con miedo a los payasos, los globos rojos y las regaderas. Ese mismo efecto -incluso uno mejor- es que logra la versión de 2017, con todo el poder de los efectos especiales y una buena campaña publicitaria.

It, al igual que Star Wars VII, Jurassic World o Mad Max, busca convencer a una nueva audiencia de que los clásicos son interesantes y a los nostálgicos que sus recuerdos necesitan una actualización. La idea del miedo infantil por circunstancias reales o ficticias, con los sustos básicos de Saw, Paranormal Activity o Sinister, dan como resultado el reboot de It. La cinta no busca reinventar el género del horror o colocar una nueva idea dentro del mismo, solo cumple con sumergirnos en su historia y ambientación, mientras pensamos en lo horrible que sería vivir en Derry.

Y es que Pennywise no es la única amenaza, casi en cualquier momento «los perdedores» dela historia viven aterrorizados por su día a día, su forma de crecer o algunos padecimientos que no los dejan ni salir a la farmacia. Ello mismos lo mencionan: “es verano, deberíamos estar afuera”, pero, aunque el payaso no hubiera aparecido ellos vivirían atemorizados. It solo aprovecha las circunstancias y saca lo peor de cada situación para hacer que cada historia nos duela como si fueran nuestros compañeros de clase.

Probablemente funciona mejor en personas que no hemos vivido ese tipo de abusos… los ochenta no se comparan con nada del bully que vemos hoy en día. Y eso es un plus para la nueva generación que encontrará a Pennywise en sus pesadillas. Vimos Stranger Things el año pasado y su audiencia parece haber descubierto los mejores años de la década de los 80’s, pero aquí es como si solo las cosas mala alrededor de esos días fueran la única opción.

It es uno de esos fenómenos del cine que recordaremos por la forma en que lo vivimos, las historias alrededor de su éxito y lo asustados que terminamos después de lidiar con los miedos más sinceros de nuestra infancia. En 27 años (o menos) podremos decir que hacíamos cuando Eso regreso de las alcantarillas a llevarse nuestras buenas noches de forma inesperada.