Negar que la franquicia Pro Evolution Soccer se ha posicionado en la actual generación de consolas como el mejor videojuego de fútbol sería argumento de un necio, o de alguien que simplemente no se ha dado la oportunidad de dejarse seducir por el desafío y emoción que solo logra transmitir el título japonés.

En Konami deben sentirse orgullosos por haber conseguido un inesperado, pero definitivamente merecido tricampeonato en la presente generación de consolas, pero del mismo modo, una gran responsabilidad para no solo conservar el nivel demostrado en los últimos años, sino aumentarlo todavía más para no dejarse sorprender por su aguerrido perseguidor.

Bajo estas circunstancias comienza el ciclo 2017 – 2018 donde el nuevo PES 2018 entra a la cancha sustituyendo a la entrega de anterior y con el objetivo de ser el revulsivo para anotar el gol definitivo para darle el título a su equipo.

Al final, después de un largo partido y en el cual se han ido hasta tiempos extras, Pro Evolution Soccer 2018 conserva los elementos que han llevado a la franquicia a sentarse en el trono durante los últimos años pero que falla en ciertos aspectos que al final de temporada podría costarle el campeonato.

¡Regresa el futbol!

Al desplegar por primera vez el menú principal de PES 2018, podemos darnos cuenta que, salvo algunos colores, tenemos prácticamente una calca del que fuera introducido en la edición anterior, y bien puede decirse que no presenta algún modo de juego nuevo. Tenemos los clásicos partidos amistosos, la grandiosa Liga Master, la posibilidad de jugar un torneo o liga en específico, y el siempre abundante apartado de edición.

La gran novedad en este punto es que el juego en línea presenta una modalidad de partidos de 3 vs 3, aunque de este campo hablaré a fondo más adelante.

A la hora de tomar el control, nos encontramos con un título que sable transmitir a la perfección las emociones que caracterizan al futbol: Desafío, diversión y gran satisfacción. De nueva cuenta en Konami han puesto mayor esfuerzo en perfeccionar un ya de por sí impecable control a la hora de controlar a los deportistas y, sobre todo, una muy realista física de balón, el cual responde e interactúa con los protagonistas del campo como sería en la realidad.

Sumado a este aspecto, nos encontramos que el programa ha dado importantes pasos hacia adelante en cuanto a los elementos tecnológicos. Por ejemplo, los futbolistas presentan un mayor número de animaciones para esta edición, volviendo movimientos como el correr, saltar y caer maniobras mucho más naturales que en pasadas entregas tanto de la propia franquicia como de su competidora.

Y para rematar, la inteligencia artificial del equipo contrario, aunque depende del nivel de dificultad que se elija, vuelve a dar cátedra sobre cómo incentivar al jugador a dominar tanto los aspectos jugables como estratégicos que ofrece el programa, creando una experiencia sólida y adictiva. El desafío es amigable y exigirá al usuario tanto como este deseé.

No solo los jugadores se han visto beneficiados con un lavado de cara en el apartado gráfico, el propio campo, los estadios y  público en ellos han finalmente dejado atrás la época donde eran simples pixeles moviéndose de izquierda a derecha. Los gritos de los entrenadores dando indicaciones a sus dirigidos, los cánticos, fuegos artificiales en terrenos sudamericanos y los himnos a la hora de realizar partidos de corte internacional, logran crear un ambiente 100% futbolero que logra transportar al jugador hasta el propio terreno de juego.

PES se siente más como un paso al costado que uno hacia adelante, a diferencia de lo que venía haciendo la franquicia en años pasados.

Naturalmente no se puede dejar de mencionar el aspecto facial de los jugadores más famosos del planeta como Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar o Chicharito Hernández, cada uno representado a la perfección desde su apariencia y habilidades, hasta el parado táctico de sus equipos. Sin duda, a nivel jugable, Pro Evolution Soccer 2018, gana, gusta y golea.

Los comentaristas, por su parte, en su mayoría vuelven a repetir gran parte de los diálogos base que hemos tenido la oportunidad de escuchar año con año. Aunque da gusto decir que a labor de Cristian Martinoli y Luis García, comentaristas deportivos de la firma mexicana TV Azteca y voces para la versión latinoamericana del título, han mejorado notoriamente la forma en que se desenvuelven en un partido virtual. Naturalmente, es probable que terminarás eliminando las voces y conservar exclusivamente los sonidos del estadio, pero para llegar a ello, deberás recorrer algunas decenas de juego, siendo este un triunfo notorio.

Altas y bajas

Con un apartado gráfico y jugable sobresaliente, ¿qué le ha faltado a PES 2018 para ser sin duda el campeón? En esencia son tres aspectos: Su falta de innovación, su muy carente número de licencias (Incluso por debajo de entregas anteriores) y fallido juego en línea. Pero vayamos por partes.

Primero que nada, es un hecho que el título se caracteriza por tener una gran baraja de modos para que el usuario permanezca enganchado durante todo el año, ha sido una desilusión que en Konami no hayan apostado por añadir una mecánica nueva o un nuevo modo que dote de frescura a este Pro Evoluton Soccer 2018.

En entregas anteriores, muy anteriores, recibíamos por primera vez el modo Ser una Leyenda, donde tomabas el control de un jugador con el propósito de volverlo una estrella mundial, más tarde recibimos un peculiar sistema de cartas que se podían activar en pleno partido para “liberar” habilidades especiales de los jugadores para cambiar las condiciones del partido en el momento requerido, dicha mecánica posteriormente fue eliminada y cambiada por lo que hoy conocemos como myClub, etc. Sin embargo, Desde la edición 2016 y a la fecha, nada o muy anecdóticos agregados hemos hallado. Se puedo pasar por alto previamente, pero en esta ocasión la oferta comienza a sentirse desgastada y poco llamativa. Pareciendo que PES 2018 no es más que un lavado gráfico y actualización de las plantillas, porque en el resto de apartados ha crecido poco por no decir nada.

Posteriormente, nos encontramos con la falta de licencias. Es verdad que la saga de Konami jamás se ha caracterizado por tener un retrato idéntico de los equipos como lo que sí ofrece FIFA, sin embargo, ello lo cubría con decisiones acertadas: Licenciando al menos todos los jugadores, las ligas más importantes, o introduciendo campeonatos en exclusiva como la Champions League, la Copa Libertadores o la Europa League, pero para este año, salvo un puñado de equipos, la mayoría no conserva alguno o varios elemento de su contraparte real. Afortunadamente hay grupos de aficionados que se dedican a curar esta carencia con parches clandestinos, pero esta posibilidad es poco conocida por la mayoría de los usuarios, poco accesible y no disponible para todas las plataformas (Caso concreto de Xbox 360 y One). De esta manera, da la sensación de estar comprando un juego “incompleto”, perdiendo identidad y conexión con los jugadores que buscan llevar a la gloria al equipo de sus amores.

Y finalmente, el modo en línea, el cual, en pleno 2017, sigue sin funcionar y siendo un verdadero martirio hallar una sesión disponible. Haciendo a un lado que, al momento de escribir esta reseña, el número de jugadores conectados en todo el mundo no superaba la media centena, comenzar una partida fue un ejercicio tortuoso, siendo prácticamente imposible dar el silbatazo inicial. Una vez el partido en curso, la falta de fluidez y caídas de conexión me impidieron terminar satisfactoriamente todo encuentro que intenté experimentar. De hecho, ni siquiera lo hice. Sin palabras para el novedoso modo 3 vs 3 el cual desde la beta ya predecía ser injugable y terminó por concretarse ese temor en la versión final de la obra.

Será mejor que pidamos que Konami pula o incremente el número de modos en solitario o para varios jugadores de forma local, porque está más que claro que en línea, simplemente PES no funciona.

A pesar de sus muy marcadas deficiencias que inevitablemente le restan puntos al producto final, Pro Evolution Soccer 2018 se mantiene fuerte y saludable en el elemento que sería imperdonable fallar: Su jugabilidad. Sus desarrolladores vuelven a dar una exhibición de maestría sobre cómo debe ser un videojuego de futbol, el cual te invita a aprender de él, dominarlo y buscar nada más que la excelencia.

Aunque ha habido aspectos que sin duda han mejorado notoriamente, la nueva entrega de PES se siente más como un paso al costado que uno hacia adelante, a diferencia de lo que venía haciendo la franquicia en años pasados, pero que a pesar de ello conserva el nivel suficiente que debería bastarle ara conseguir el campeonato, aunque, a falta de lo que haga el equipo contrario, bien podría ser sorprendido y así empatado o remontado.

Puede que la temporada 2017 – 2018 no prometa ser muy memorable, pero muy probablemente marcará un antes y después que decidirá el destino del equipo de Konami para la siguiente temporada y venideras, donde la presente generación de consolas entra a su apogeo.