El roguelite es un género que ha adquirido muchísima tracción en los últimos 10 años gracias a excelentes exponentes en el mundo de los desarrolladores independientes. Sin embargo, ¿qué es lo que sucedería si un distribuidor grande se diera a la tarea de crear su propia propuesta?

De la mano del desarrollador Brownies Inc., Bandai Namco ha lanzado Towa and the Guardians of the Sacred Tree, un título que no solo responde esta pregunta, si no que también nos presenta la visión de un estudio japonés en torno a un género que normalmente es dominado por la industria independiente ubicada fuera de Japón.

Aunque tal vez no sea un nuevo miembro del panteón de los grandes, los héroes de esta aldea olvidada por el tiempo traen consigo una aventura interesante con mecánicas divertidas que nos invitan lo suficiente como para querer jugar un intento más.

Guardianes del árbol

Towa, una sacerdotisa de Shinju, trabaja junto con 8 guerreros para proteger su aldea de Magatsu, una entidad demoníaca Para lograr esto, estos guerreros cuentan con una espada y báculo sagrados que permiten mantener a los enemigos a raya.

Sin embargo, la misión sale de control y Towa se ve obligada a tomar medidas drásticas, regresando en el tiempo en múltiples ocasiones y desatando a Magatsu y monstruos, llamados Magaori, en el mundo. Para evitar que la entidad se apodere de todo, Towa y los guerreros necesitan detener a ocho criaturas a través de un ritual sagrado: después de dichos rituales Towa puede canalizar energía para mantener el mundo a salvo, aunque con ciertos efectos secundarios.

Aunque inicialmente tuve un poco de problema con los diálogos, los cuales me parecían un poco monótonos, pude encontrar en el fondo de esta aventura una narrativa interesante, la cual explora de una forma diferente el rol que tienen las deidades en las leyendas de la mitología japonesa. Con cada ritual, pasa el tiempo en la aldea de Shinju, llevando a que pueda crecer y convertirse en una excelente base para Towa antes de reunirse con los 8 guerreros, quienes permanecen vigilantes en otro plano de existencia.

Expediciones y consecuencias

El bucle de jugabilidad de Towa and the Guardians of the Sacred Tree empieza con la premisa de los 8 guerreros y los 8 monstruos, los cuales deben ser derrotados para rescatar a la aldea y al mundo. Aunque controlamos a Towa en el pueblo previo a cada intento de expedición, recae en nosotros formar dúos de nuestro grupo de 8 guerreros, ya que necesitamos escoger a un guardián espadachín (Tsurugi) y a un guardián que porte el báculo sagrado (Kagura).

Ya que el plantel de guerreros es variado, encontraremos opciones interesantes para generar nuestras combinaciones de guerreros: particularmente sentí afinidad por Nishiki, un hombre-pez, y por Rekka, la espadachina fanática #1 de Towa. Aunque hay personajes que parecieran ser solo espadachines, como Rekka, cualquiera de los 8 guerreros puede ser Tsurugi o Kagura: de una forma similar a cuando escogemos un arma en otro roguelite, aquí las opciones se encuentran en las combinaciones de espadachín Tsurugi y mago Kagura.

La clave de la victoria está en encontrar una combinación ganadora de ambos roles, aunque hay un giro importante que mezcla jugabilidad y narrativa de una forma impactante: después de cada expedición exitosa se realiza el antes mencionado Ritual Sagrado, el cual requiere que el Tsurugi realice un sacrificio con el Kagura. Esto significa que no podremos usar a nuestro Kagura después: cabe aclarar que hablar más de esto implica detallar más sobre la narrativa, pero definitivamente puedo decirte que estas limitaciones llevan a que intentemos nuevas combinaciones de Tsurugi y Kagura, y no perdemos ninguna mejora, ya que estas pueden compartirse entre guerreros.

Las expediciones de Towa y sus guerreros tienen un peso considerable en el mundo, pero ¿cómo funcionan exactamente? Para eso, hay que hablar un poco más del ciclo Aldea-Expedición.

Destruyendo la raíz del mal

Cada expedición Tsurugi-Kagura requiere de dos guerreros, los cuales pueden recibir apoyo previo de Towa a través de mejoras en la aldea de Shinju.

Después de unas misiones introductorias, es posible mejorar la fuerza de todos los guerreros con puntos de habilidad en el Dojo de la aldea, forjar espadas con el herrero a cargo e incluso comprar esferas con inscripciones mágicas para el báculo del Kagura. Estas mejoras dan una ventaja inicial y, por lo menos en el caso de la forja de espadas con el herrero, aporta diversión a través de minijuegos y la personalización de nuestras armas mejoradas mediante un esquema complejo de creación de espadas.

Por otro lado, es posible mejorar la aldea a través de la construcción y mejora de edificios: esto lleva a que obtengamos más minerales en cada expedición, pero que también podamos realizar cambios en la estructura de cada intento, particularmente modificando las probabilidades de obtener mejoras específicas, sesgando la suerte a nuestro favor.

Cada expedición es como cualquier roguelite tradicional: después de cada enfrentamiento podemos escoger una recompensa de determinado tipo, construyendo a nuestro dúo de guerreros de acuerdo a nuestras preferencias de combate. Ya que alternamos entre dos espadas con nuestro Tsurugi y dos hechizos con el Kagura, así como un ataque especial que recarga la durabilidad de nuestra espada, la clave del combate en este título recae en no perder un solo momento en el que podríamos estar atacando.

Durante cada expedición podemos encontrar momentos de descanso, en los que los personajes entablarán conversaciones y podrán estrechar sus relaciones. Definitivamente es aquí donde estarás conociendo verdaderamente a los personajes que controlas además de Towa, pues no cargan con mucho más peso en la narrativa además de estos espacios: aunque no siempre tendrás estas conversaciones, definitivamente hace que extrañes a tus Kaguras cuando se marchan después de una expedición exitosa.

En general, Towa and the Guardians of the Sacred Tree muestra ser una aventura completa, ¿no? Sin embargo, creo que es momento de establecer el veredicto, y responder si verdaderamente es un título que puede competir con los más grandes del género.

La realidad del paso del tiempo

Hace varios años probablemente estaríamos hablando de Towa and the Guardians of the Sacred Tree como un buen exponente del género. Y creo que su presentación es inmaculada: tiene un excelente estilo artístico, un bucle de jugabilidad inicialmente interesante y una banda sonora amplia y agradable, compuesta por Hitoshi Sakimoto, conocido por su trabajo en Final Fantasy XII y Final Fantasy Tactics.

Sin embargo, creo que el título sólo sería recomendable para los fans del género y de la estética de la mitología japonesa. Aunque sí, el inicio tiene ideas interesantes, el combate se vuelve bastante repetitivo a diferencia de otros títulos del género, en especial por la elevada exigencia por hacer más intentos y mejorar las estadísticas de los personajes, algo que toma cada vez más recursos, llegando poco a poco a un grado casi exponencial.

El título tiene dos modos de dificultad, con la versión más fácil haciendo algo similar a Hades, donde cada intento fallido debilita a nuestros enemigos, asegurando que eventualmente triunfemos. Aunque esto genera que inevitablemente avancemos en la historia, creo que el problema con esta opción es que existe por la ligera monotonía de tener estilos de combate relativamente similares: aunque los Tsurugis actúan de forma diferente, los Kaguras comparten hechizos y no se siente tanta interacción de su parte.

En ese punto, creo que me parece importante mencionar una cosa más, el modo co-operativo de Towa and the Guardians of the Sacred Tree, ya que lamentablemente está cargado en la fortaleza y habilidades del Tsurugi. Cuando el segundo jugador usa al Kagura, éste solo puede usar los hechizos, algo que definitivamente no es tan impactante como el repertorio de habilidades del Tsurugi. No obstante, contar con un modo así es una adición que podría modificarse en el futuro para beneficio de jugadores que busquen una experiencia multijugador.

Al ser fan de los roguelites, disfruté mucho de mi tiempo con Towa y sus guardianes, pero creo que es importante dejar las cartas sobre la mesa y ser claros: los fans del género y su estética lo disfrutarán, pero Towa and the Guardians of the Sacred Tree es un título que necesita de más trabajo para convertirse en una aventura verdaderamente recomendable.

Pros:

+Estética increíble

+Conexión interesante entre jugabilidad y narrativa

Contras:

-Combate monótono

-Modo multijugador decepcionante