Después de ver a los héroes de Marvel y DC pelear entre ellos, es refrescante encontrarse con un grupo de superhéroes unidos contra una amenaza en común. El equipo de mutantes conocido como: X-Men, regresa a la pantalla grande en el cierre de su segunda trilogía, una tercera parte que no solo sirve para dar punto final a una historia, sino que propone elementos importantes dentro del legado de los mutantes y los coloca en un punto de inicio para nuevas aventuras.

Tal y como lo vimos en la escena post créditos de Days of Future Past, el inicio de X-MenApocalypse nos coloca en el antiguo Egipto con lo que para muchos es el primer mutante, un ser conocido como En Sabah Nur. Sin entrar en detalles, nuestro antagonista permanecerá dormido por varios cientos de años hasta que es despertado por sus seguidores en 1983, encontrando un mundo dominado por “dioses falsos” y enfrascado en su búsqueda del poder absoluto.

La llegada de Apocalipsis tendrá consecuencias en todos los héroes y villanos que hemos visto antes, de manera directa o indirecta, el poder del primer mutante empieza a causar estragos en el mundo y dichas acciones ponen en jaque la “normalidad” del homo superior. La batalla es inminente y los grupos empiezan a formarse; Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis con los mutantes más poderosos de la tierra y los inexpertos alumnos de Charles Xavier inspirados por la valentía de uno de los primeros integrantes de los X-Men.

A simple vista es evidente que Apocalypse parece mantener la fórmula de las películas previas de la saga y aunque se aleja del argumento conflictivo que hemos visto este año, no deja de sentirse una dura carga por tener que llegar a otra cinta de personajes en trajes de licra. Por fortuna, la película no solo se inspira de los más de 50 años que tienen los cómics de X-Men, sino que toma el trasfondo social de ese material y lo ejemplifica de manera sublime para el espectador.

X-Men: Apocalypse es –probablemente- el filme más sentimental de toda la franquicia. Desde los momentos clave que son evidentes para llevar por un camino a los personajes, hasta esos pequeños detalles de empatía que han marcado la vida de los lectores desde 1963. Más allá de las peleas y los efectos especiales, Apocalypse logra hacernos sentir parte de ese miedo a lo desconocido y ese descubrimiento del poder interno que tienen sus personajes. Es evidente la evolución de un Xavier o Magneto, pero es igualmente increíble ver los primeros pasos de un Cyclpos, Jean Grey y Storm.

Lo anterior no sería posible sin una historia sólida, y a pesar de los detalles, X-Men logra un buen conjunto de elementos para llevar por un nuevo camino la relación de Charles y Erick, y dejar todo listo para conocer al equipo de mutantes original y más popular. Lamentablemente, en ese mismo camino deja sin mucha participación a los villanos, quienes, a pesar de funcionar como el detonante para el final, quedan a deber en espectacularidad, profundidad y desempeño.  Sin embargo, hay un momento clave en esos errores que sirve para “justificar” las faltas y alentar a la expansión.

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Teniendo en cuenta lo difícil que ha sido, históricamente, para las películas de superhéroes explorar más de una historia, podemos decir que Apocalypse es la que mejor lleva a cabo esta tarea. Con guiños clave para los fans y escenarios bien estructurados, la película nos deja ver cuál es el siguiente paso en la franquicia, incluso más allá de lo mencionado anteriormente. Si Fox hace las cosas con calma, estaríamos hablando de, por lo menos, una nueva trilogía, y todo eso se deja ver en secuencias muy cortas, pero bien logradas.

Apocalypse tiene una función muy similar a la de Civil War y Batman v Superman, pues deja todo listo para el futuro, siendo la que mejor lo hace. No solo estamos hablando de poner piezas clave en la historia y mundo, sino de presentar a los encargados de hacer funcionar todo eso. Seguramente la dirección seguirá a cargo de Bryan Singer, mientras que los roles principales del equipo se mantendrán con actores jóvenes como: Sophie Turner (Jean Grey), Alexandra Shipp (Storm) y Tye Sheridan (Scott Summers), quienes en su debut como mutantes realizan un excelente trabajo como los novatos y estudiantes, con las características clave para sentir apego a ellos.

A pesar de todo lo mencionado, X-Men: Apocalypse funciona como una cinta única, con actuaciones bien logradas, efectos especiales sobresalientes y una historia solida sobre lo que ocurre alrededor de los protagonistas. Ahora, sumándole todo lo que sabemos del universo mutante, la película consigue un plus bastante particular y nos hace emocionarnos por el futuro de la franquicia. Si nos vamos a los extremos, podría decir –sin temor a equivocarme- que el grupo original de X-Men por fin tiene una película que les hace justicia en todos los sentidos.

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