Si pensaste que Toy Story 3 era insuperable, te tenemos muy buenas noticias por parte de Pixar.

Pocas series son capaces de llegar a su cuarta parte con un récord invicto. Y no solo en cuanto a opinión de la crítica especializada o taquilla, sino también en favor de la audiencia. Avengers falló en Age of Ultron; Indiana Jones en El Reino de la Calavera de Cristal; Star Wars en el Episodio I; y así sucesivamente hasta descubrir que solo Pixar es capaz de recrear la magia con la que nos sorprendió la primera vez.

Toy Story 4 no es la mejor de la serie… o quizá sí lo es pero nuestros recuerdos no nos han dejado mencionar eso en voz alta. Lo que sí es un hecho es que se trata de la película más sólida de toda saga, situación que es tremendamente difícil si tomamos en cuenta lo perfectas que pueden llegar a ser la primera y tercera parte. ¿Qué hace especial a Toy Story 4? Definitivamente que el chantaje emocional de Toy Story 3 no es un factor determinante, sino apenas una pequeña muestra de todo lo que puede hacer el estudio.

Bonnie, la nueva niña de la pandilla de juguetes, está a punto de entrar al kínder… situación que no parecer ser muy favorable para la jovencita. Mientras que para Woody es la oportunidad perfecta para encontrar sentido a su vida como juguete después de un poco exitosa temporada en el cuarto de Bonnie. Mientras la niña y el vaquero luchan para enfrentar su crisis existencial, aparece un nuevo personaje: Forky, un juguete creado a partir de «basura».

Como seguramente ya has visto, Forky es un tenedor desechable y, al igual que Buzz Lightyear en la primera película, está obsesionado con cumplir su rol en el mundo para… bueno, ser desechado sin importar que ahora tiene vida. Para la mala suerte del tenedor, Bonnie lo ha tomado como el nuevo juguete favorito y Woody se ha hecho con la responsabilidad de cuidar al suicida Forky a como dé lugar. El resto de la historia es “poco innovadora”, con Woody buscando la manera de rescatar a Forky en medio de un montón de situaciones que ponen en peligro la pertenencia de los juguetes con la niña.

A pesar de que la historia en general nos regresa a la trama de las tres películas anteriores, Pixar logra dar un nuevo enfoque a la situación de los personajes al centrar la historia en una especie de secuela exclusiva para la tercera parte y no solo como un cierre de la saga. A pesar de que las referencias a Andy son constantes en todo momento, el viaje de Woody y Buzz Lightyear parte de su nueva vida en el cuarto de Bonnie y no de toda su historia juntos. Un cambio que podría pasar inadvertido, pero que sostiene los mejores momentos de la trama.

Y no solo eso, Pixar también se pone más serio en temas como la dependencia de los juguetes a su dueño, el comienzo de una nueva etapa en la vida de los protagonistas y hasta el desprendimiento emocional por otra persona. Es obvio que personajes como Bo Peep y Woody tienen algo que decir por encima de todos los chistes y referencias a su pasado; los adultos los disfrutan y hasta lo critican, pero los niños crecerán con un mensaje entre líneas que seguramente les ayudará más de lo que imaginamos. Sobra decir que el regreso de Bo Peep responde perfectamente al feminismo y funciona igual de bien que el humor o la trama de toda la cinta.

Para que los anterior no se sienta tan «politizado», parece que Pixar se siente obligado a dejar a todo el mundo satisfecho y lanza un montón de personajes nuevos con personalidades más complacientes y motivaciones sencillas, pero que no dejan de ser entrañables por su humor y carisma. Los peluches de feria Ducky (Keegan-Michael Key) y Bunny (Jordan Peele) seguramente se van a colar al top de los juguetes más vendidos en Navidad. Mientras que Gabby Gabby (Christina Hendricks) y Duke Kaboom (Keanu Reeves) funcionan por encima del humor de pastelazo, con momentos igual de emotivos que los de un Woody o Buzz.

Y Forky (Tony Hale) es raro… funciona como un vehículo para la trama, pero a pesar de toda la publicidad que hay alrededor de él, no logra destacar tanto como el resto de los juguetes nuevos, no es una decepción, pero parecía que tendría una relevancia más marcada. En ese aspecto es interesante mencionar que muchos de los juguetes clásicos quedan relegados a un segundo plano para dar más atención a las nuevas estrellas, seguramente pensando de cara en los próximos proyectos de la franquicia en Disney Plus.

Toy Story 4 no es una película que hubiéramos esperado, pues el final de la tercera parte se sentía como un gran cierre. Pero Pixar logra que ahora sí tengamos un cierre en la saga… uno momentáneo, pero que se parece más al de Avengers: Endgame en un sentido de “cerrar ciclos” y contemplar el futuro. Y es que además del increíble guión y la entrañable colección de juguetes, Pixar tiene un dominio de la animación que requiere de un par de visitas más al cine para disfrutarlo al cien por ciento.

El Pixar de Toy Story 4 se siente fresco, atrevido y lleno de nostalgia. Hay momento de lágrimas, pero no porque todos los juguetes estén a punto de morir en las llamas de un basurero, sino porque el viaje de estos personajes ha llegado a una etapa de sus vidas en las que es necesario un cambio. ¿Somos lo suficientemente fuertes para aceptar el cambio? Solo el tiempo tiene la respuesta.