Debo confesar: Cuando se anunció allá por el E3 de 2015, a pesar de considerarme apasionado por los juegos de rol provenientes de la enigmática tierra de Japón,  francamente me sentí un poco desconcertado tras el primer vídeo con el que Square-Enix mostraba al mundo World of Final Fantasy. Sí, francamente consideré a la nueva entrega de la popular franquicia como un producto muy inferior a lo que sería la carta fuerte de la saga en 2016 (Final Fantasy XV), además de que la apuesta parecía puramente destinada a un público mucho más casual.

Los meses pasaron y, tras poco más de un año desde su anuncio, finalmente el título llegó a mis manos. Después de decenas de horas de juego, pedo decir que World of Final Fantasy ha hecho que me trague mis palabras iniciales, ofreciéndome una de las experiencias más completas que podremos encontrar en tiendas este año y cuya calidad es suficiente no sólo para atraer a nuevos aficionados a la franquicia, sino que emocionará y hará alucinar a los más veteranos seguidores de la marca.

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Lann y Reynn

En este nuevo capítulo de Final Fantasy, tomamos el control de Lann y Reynn, dos gemelos que han dedicado su vida a domar bestias y combatir la maldad que azota el mundo que conocen. Sin embargo en algún punto son vencidos por una poderosa y extraña entidad, haciéndoles perder tanto sus recuerdos como sus habilidades que habían conseguido a base de experiencia a través de los años. La vida continúa para ellos como simples autómatas sin razón ni autonomía, hasta que un día “despiertan.”

Tras volver en sí, Lann y Reynn descubren que su pueblo, aunque intacto, ha quedado completamente abandonado. Debido a la falta de memoria, nuestros héroes no comprenden qué está ocurriendo. Es aquí cuando conocemos a otro personaje que será fundamental durante la trama: Enna Kros, una misteriosa mujer poseedora de grandes poderes, la cual guiará a nuestros protagonistas por un camino en el cual deberemos combatir la maldad que desciende sobre varias realidades mientras los hacemos aprender de nuevo a combatir y recuperar sus recuerdos perdidos.

Así comienza nuestra historia, la cual a través de sus más de 50 horas de duración, vivimos una auténtica aventura llena de momentos mágicos llenos de fantasía. ¿A qué me refiero? Si bien es cierto que el relato de los gemelos es inédito, el guion nos lleva a decenas de mundos y poblados que resultarán muy familiares para quienes hayan experimentado entregas anteriores de Final Fantasy. Si esto no fuera suficiente, personajes como Cloud Strife (Final Fantasy VII), Squall Leonhart (Final Fantasy VIII), Terra Branford (Final Fantasy VI) y la propia Lightning (FinalFantasy XIII), entre muchos más, aparecen en escena para apoyar a nuestros héroes.

En otras palabras, podemos asegurar que la puesta en escena de World of Final Fantasy, entre escenarios  personajes, es sencillamente espectacular. Sin embargo, en este alucinante título con una plantilla de ensueño, non todo podría ser perfecto y ese ha sido el caso. Podemos comenzar diciendo que el guion comienzo con mucha fuerza y un planteamiento interesante, sin embargo muchas de sus mejores ideas no terminan por ser bien resueltas o desarrolladas. Cabe señalar que la narrativa mejora en el último acto del juego para terminar, después de un épico y duro combate, de una forma un tanto abrupta y con más preguntas que respuestas. De igual forma, muchos de los legendarios personajes de la franquicia aquí reunidos no terminan de tener el tiempo en pantalla en comparación a los más populares.

A pesar de esas circunstancias e inevitable puntos cuestionables, la historia que propone el título es bella, intensa, con perfecto equilibrio entre la acción y la comedia, potencializada gracias al carisma de sus protagonista y todo el elenco estelar secundario, además de que su sobria dirección te impedirá soltar el control una vez adentrado en los acontecimientos. Tras su conclusión, la puerta ha quedado abierta para que Square-Enix se ponga pronto de nuevo manos a la obra y nos regale la continuación de este relato que definitivamente no dejará indiferente a nadie y que tiene todos elementos para convertirse por sí misma en una nueva franquicia.

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Un mundo (universo) de fantasía

Anteriormente mencioné que World of Final Fantasy tenía una historia digna como para no soltar el control a pesar de lo extensa de su duración. Esto se debe en gran medida, entre otros aspectos, gracias al excelente jugabilidad que han adoptado para la ocasión.

Controlar a los personajes es muy simple, basta con ir de un punto a otro a través de los escenarios, los cuales, a pesar de poseer muchas áreas para explorar y descubrir, no resultan tan exentos, haciendo reconfortante y no tedioso el transportarnos de un sitio a otro. Sin embargo, lo mejor llega a la hora de combatir.

Cuando nos enfrentamos a un enemigo, el sistema de combate elegido es el que hemos experimentado en pasadas entregas de Final Fantasy y otros títulos de corte similar: El famoso Active Time Battle. ¿En qué consiste? Durante los combates, hay una barra en la parte izquierda inferior en la pantalla, la cual te muestra el tiempo que falta para que los miembros involucrados en la pelea, tanto rivales como aliados, estén en condiciones para realizar una acción, la cual puede ser atacar, invocar un hechizo, utilizar alguna poción o artefacto, etcétera.

Para llevar a cabo un ataque, basta con presionar un botón de los “accesos directos” personalizables que aparecen durante la batalla. El programa hará el resto por ti. Una mecánica muy simple e intuitiva para los novatos de la serie, pero sí eres de los jugadores con mayor experiencia en los JRPG, en cualquier momento podrás activar el Menú Clásico, y muy clásico de hecho. Al utilizar esta variante, se mostrarán todos los movimientos y habilidades para el personaje en turno, habilitándonos para elegir un movimiento en específico.

Una vez salgamos victoriosos del campo de batalla, podremos reclamar dos cosas en específico: La criatura derrotada y, por supuesto, puntos de experiencia. Capturas estas bestias, llamadas “Mirages”, es uno de los pilares fundamentales de World of Final Fantasy, ya que una vez en nuestro poder, podremos sumarlas a nuestro grupo (Pudiendo llevar un máximo de dos por protagonista), con los cuales podremos realizar formaciones dependiendo del lugar que les demos. De ahí la decisión de darle un aspecto chibi a nuestros héroes, ya que de este modo podrán montar a las criaturas más poderosas mientras llevan una más en la cabeza, por dar un ejemplo. Sí, el aspecto chibi de los personajes tiene una justificación jugable y no es un mero capricho estético. Tendremos que ser sabios a la hora de construir estas formaciones, ya que no sólo así obtendremos movimientos especiales, sino que también la vulnerabilidad de la bestia elegida, también será la de todo el grupo. Así que decide con cuidado.

En segunda instancia mencioné la experiencia, y tal como se esperaría, el programa incorpora un árbol de habilidades tanto para nuestros protagonistas como para cada bestia que capturemos, en donde deberemos pagar con los puntos obtenidos para conseguir nuevos movimientos y destrezas. Cabe señalar que, únicamente los héroes y las bestias que hagamos descender al campo obtendrán experiencia, así que también será necesario darle continua actividad a cada bestia para conocer sus habilidades, defectos y virtudes, para que más adelante sepas sacar provecho de sus capacidades, sobre todo en los combates más avanzados contra jefes finales. Aunque de esto hablaré un poco más adelante.

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«Tenemos una profecía que cumplir…»

En cuanto a los logros técnicos alcanzados por el equipo de Square-Enix, tenemos un título que difícilmente compite ente los más punteros de la industria, pero cuyo bello y único aspecto visual inmediatamente lo hace resaltar del resto.

Gráficamente el juego es precioso, con un estilo muy parecido a lo visto en Kingdom Hearts, en donde los paisajes y personajes no presentan un aspecto ultra realista pero sí muy agradables a la vista, gracias a su bien implementada paleta de colores, diseño de personajes llamativo y por lo original de su dirección artística que, tal como nos tiene acostumbrados la franquicia, vuelve a ser uno de los apartados más sobresalientes.

A nivel sonoro, efectos como golpes, hechizos y doblaje, sin ser nada del otro mundo, hacen un correcto trabajo para darnos una idea de la peligrosidad de un hechizo o de las intenciones y personalidad de cada personaje. Sin embargo, el mayor punto a favor, se lo lleva la banda sonora. Masashi Hamauzu firma un trabajo extraordinario con piezas originales hermosas, que logran llevarnos a través de una montaña rusa de emociones. Hay exaltación, cotidianidad, melancolía, heroísmo… Incluso en ciertos momentos nos encontramos con acordes provenientes de otras composiciones emblemáticas de la franquicia. Todo un deleite.

Y finalmente tenemos el elemento quizá más importante de este aspecto, me refiero a la inteligencia artificial del programa. Los enemigos son muy inteligentes y las batallas sumamente satisfactorias. Así como hay combates en los que bastará atacar dos o tres veces, habrá otros, en especial contra las bestias más poderosas y los jefes finales, en donde deberemos manifestar nuestra paciencia para saber cómo y cuándo atacar, qué hacer en un determinado turno y, tal como adelantaba anteriormente, a qué personajes elegir como compañeros. La curva de aprendizaje es un tanto complicada, pero es gracias a ello que World of Final Fantasy logra trascender de un simple spin-off a un título esencial de la saga.

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World of Final Fantasy puede que sea una excelente opción para que la gente se encuentre por primera vez con la marca, pero está muy lejos de ser un producto destinado a jugadores menos habilidosos. El título es exigente, robusto y gratificante, casi a la altura de los mejores lanzamientos de la franquicia, e incluso muy superior a otras entregas más recientes. Sin duda alguna, una cita obligada para los amantes del género, de la franquicia o para todo aquel que desee disfrutar una aventura larga, variada, divertida y muy satisfactoria.

Como dije anteriormente, al igual como ocurriera con Kingdom Hearts, me encantaría ver a Square-Enix retomando este nuevo universo, complicar más la trama en una hipotética secuela y resolver los cabos sueltos que ha dejado en este primer capítulo, ya que esta tiene todo el potencial para ofrecer un viaje aún más memorable si su ya solida fórmula jugable y narrativa es pulida y perfeccionada.

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