Cuando comenzó la nueva generación de consolas, aunque naturalmente estaba emocionado, era debido a mis fantasías protagonizadas por las horas que pasaría frente al televisor disfrutando de nuevas y apasionantes experiencias que me dejarían grandes recuerdos, tales como las vividas con los ya clásicos Xbox 360, PlayStation 3 y Wii. Aunque durante los primeros meses de vida de estas, ningún juego logró cubrir dichas expectativas. Todo ello ocurrió en 2013 y gran parte de 2014, siendo en este último cuando creí que las cosas cambiarían.

La promesa era Destiny, el tan anticipado nuevo título del legendario estudio Bungie que servía como primer eslabón de una franquicia que, en alianza con Activision, buscaría conquistar los corazones de los jugadores por al menos 10 años. El título salió a la venta y era sumamente divertido… hasta después de una decena de horas. Aunque la jugabilidad estaba bastante pulida y la historia atractiva (Un tanto confusa), muy pronto te quedabas sin nada que hacer, teniendo muy pocos modos de juego a disposición para entretenerte. Me costó un tiempo reconocer la gran desilusión que me había causado.

Claro, paulatinamente el contenido fue creciendo con expansiones hasta llegar a The Taken King, aunque para ello debió ocurrir más de un año tras su lanzamiento original. Para entonces, muchos jugadores que se adentraron en la historia de El Viajero en su lanzamiento, habían desertado, y la euforia que acompañaba el título en sus primeros días era claramente menor. Todo ello nos llevó hasta Rise of Iron, el último contenido adicional de importancia para la obra, el cual resultó tan frío como su puesta en escena. Todo ello sembraba de dudas a un Destiny 2 que se presentaba a comienzos de 2017 y se asemejaba más a una nueva expansión que a un título verdaderamente nuevo.

El título llegó a tiendas y tras poco más de un mes sumergido él, desde nuestro punto de vista, tiempo suficiente para experimentar cada uno de sus apartados, puedo garantizar que los también responsables originales de Halo, han hecho de esta secuela no sólo un título digno, sino una obra que corrige todo lo que estuvo mal con la pasada entrega, así como maximiza y potencializa lo mejor que nos ofrecía originalmente. Destiny 2 es un título excepcional, cuidado al extremo hasta el más mínimo detalle, desafiante como pocos, endemoniadamente divertido y tan adictivo como una droga. Finalmente, el primer título “puro” de esta generación que ya me ha hecho cosechar grandes recuerdos que seguramente llevaré conmigo hasta la próxima generación de consolas.

¡A recuperar la luz!

Comencemos con la historia principal, el cual resulta el apartado en el que Bungie ha decidido realizar un cambio mucho más drástico. Mientras que en la primera entrega, progresar a través de la aventura para un jugador resultaba en un viaje, si bien es cierto que lleno de momentos divertidos y mucha acción, era fácil perderse durante las conversaciones con los personajes secundarios y en propio orden de las misiones, convirtiendo el guion en un relato imposible disfrutar como muy probablemente sus responsables hubieran deseado para el jugador.

En Destiny 2, en cambio, tenemos una narrativa lineal, dotándola automáticamente de una secuencia lineal con un principio y final el cual es más fácil seguir e involucrarse con sus protagonistas. Mientras que el primer título se centraba específicamente en presentar a los diversos enemigos, clases y propósito de nuestro héroe en el mundo, es hasta la segunda parte cuando vemos en acción un verdadero conflicto que recoge todo lo conocido en la entrega previa para finalmente presentarnos un relato con una finalidad en particular.

En esta secuela, el protagonismo volverá a recaer en el Guardián que hayamos creado en el juego anterior, pero no se preocupen, de ser la primera vez adentrándose en esta franquicia, será posible crear el personaje desde cero y, con un breve vídeo introductorio, conoceremos los elementos más importantes que definen el universo de Destiny.

La historia nos muestra cómo una peligrosa y mortal facción conocida como La Legión Roja ataca la Tierra y al Viajero con el propósito de robar la Luz de la humanidad, privando a los Guardianes de aquellas capacidades que los hacen especiales. El planeta cae en el caos y nada parece poder hacerle frente a Ghaul y a su ejército Cabal… salvo nuestro Guardián, quien tendrá la misión de recuperar la Luz perdida, encontrar y reunir a los líderes de la Venguardia y hacer juntos un último, suicida y desesperado ataque con tal de salvar al Viajero a toda costa.

De esta manera da comienzo la aventura, en la cual iremos conociendo a diversos personajes a lo largo de diferentes mundos y cada uno con sus propias motivaciones y objetivos. Bien podríamos decir que el argumento de Destiny 2 no ofrece nada que no hayamos visto en otros títulos semejantes, incluso de la propia Bungie (En más de una ocasión la Tierra me transmitió las mismas sensaciones que Reach). Sin embargo, logra superar por mucho lo visto en la entrega anterior debido a su muy sencillo seguimiento y claras referencias para distinguir qué misiones son principales y cuales secundarias, notándose no solo en el título de estas, sino en la magnitud y duraciones de las mismas. Siempre hay algo que hacer, y el regreso de los Eventos Públicos nos invita a estar atentos a los acontecimientos que se producen en tiempo real en el escenario.

Por otro lado, un elemento que hace a lo nuevo de Bungie desenmarcarse del resto de títulos del mismo género o incluso de la propia industria, es la brillantez de sus diálogos, sabiendo combinar perfectamente el dramatismo con la comedia, sin perder jamás ese sentimiento épico que exhala el programa en cada uno de sus rincones. Si esto no fuera suficiente, la historia se enriquece con la presencia de personajes que finalmente cobran importancia, dejando atrás sus papeles de meros adornos para el escenario. ¡Por supuesto, hablo de los miembros de la Vanguardia!

Finamente vemos a Zavala asumiendo su rol de líder, Cayde-6 siendo… Cayde-6, y grandes debuts como el de la enigmática Hawthorne o la irreverente IA Failsafe, por fin los desarrolladores se han preocupado no solo de darnos enemigos increíbles, sino aliados memorables que en más de una ocasión nos emocionarán y sacarán una sonrisa con sus conversaciones con nuestro Espectro, a quien también se le ha dotado de una mayor carisma y personalidad dejando atrás su faceta de accesorio que explica lo evidente y narra lo que vemos en pantalla.

Podemos decir en términos generales que la campaña de Destiny 2 cumple con su promesa de ofrecernos un relato mejor trabajado, satisfactorio y disfrutable en comparación con la primera parte. Sí, creemos que los guionistas pueden regalarnos una travesía inolvidable pero hasta este punto la tarea parece mejor encaminada, y muy probablemente veremos historias mucho más extraordinarias que la que hemos hallado en esta cita, la cual, a pesar de sus deficiencias, resulta ser bastante entretenida y deja un agradable sabor de boca y con las expectativas a tope para descubrir más secretos en el multijugador, misiones de asaltos y la imponente Raid Leviathan, la cual sirve como final provisional del juego.

Hora de luchar, Guardián

Como adelantaba párrafos previos, aunque el guion de Destiny 2 está mejor logrado que el de la entrega anterior, no es uno de los pilares fundamentales con los que se sostiene la nueva obra de Bungie. Caso contrario es la jugabilidad y propias mecánicas de juego, convirtiendo a esta secuela en, muy probablemente, la experiencia más divertida y adictiva que podríamos experimentar este año.

Primero que nada, controlar a nuestro Guardián no tiene grandes diferencias si lo comparamos con cualquier oro FPS del mercado. La configuración de botones es una calca para los que venimos de jugar el primer Destiny y que hereda muchas características de Halo, tales como el peso del jugador y desplazamiento a través del escenario. La única diferencia que hallamos en éste rubro son los movimientos especiales del personaje, los cuales serán definidos dependiendo de la clase que elijamos para éste: Titán, Hechicero y Cazador.

Navegar a través de los mundos y modos en Destiny 2 es un ejercicio muchísimo más simple que en el original.

Cabe señalar que, además de las tres clases anteriormente mencionadas, cada una de ellas posee sus propios parámetros y subclases con los cuales el jugador deberá ir personalizando con tal de obtener el estilo de juego que desee. Ya sea dotando a su Guardián de mayor fuerza, defensa o resistencia, por ejemplo. Eso sí, para esta entrega nos habría gustado ver alguna clase nueva para inyectar de frescura el ecosistema de Destiny 2, aunque las opciones a nuestra disposición no dejan de ser bastante atractivas y variadas, aunque puede que ya no sea así para un inminente Destiny 3.

Navegar a través de los mundos y modos en Destiny 2 es un ejercicio muchísimo más simple que en el original. Por ejemplo, antes, estando en un planeta, había que regresar a la órbita, elegir el destino deseado y contemplar una larguísima animación mientras se cargaba el nivel. Sí, aún hay que soportar largos tiempos de carga, pero en cualquier momento podemos acceder a la Carta Estelar, desplegando al instante todos los sitios y actividades que podemos realizar y así acelerando nuestra llegada al lugar deseado, ahorrándonos tiempo.

Una vez hayamos aterrizado en una locación donde el mapa sea amplio, para ir de un punto a otro, el programa nos permite en cualquier momento invocar a nuestro siempre confiable Colibrí, un pequeño pero veloz vehículo que nos permitirá recorrer todo el escenario en poco tiempo. Y para ello, el programa nos facilita las cosas con la opción de marcado, eligiendo la actividad que busquemos completar y señalando en el mapa la ubicación del artefacto que activará dicha tarea.

Cada escenario está compuesto por los siguientes elementos: Aliado, misión principal, operaciones (misiones secundarias) y eventos públicos. El aliado es el personaje central de la locación, el cual nos habla sobre el estado actual del planeta, quien te dice qué hacer y sirve como “tienda” para obtener armas y accesorios para la armadura, dichos objetos mejorarán al juntar una cantidad específica de puntos de experiencia que conseguiremos completando operaciones en dicho planeta las cuales, aunque se desarrollan a una escala menor en comparación con las misiones secundarias, llegan a ser tan desafiantes y largas como una de estas llevándonos de un punto a otro a través del escenario completando tareas como vencer a un número en particular de enemigos, escanear objetos o eliminar a un jefe. Y finalmente los eventos públicos, los cuales son puntos en el escenario que reúne a otros jugadores que estén conectados en la misma sesión con un objetivo específico como vencer a un enemigo o defender alguna zona.

Otra forma de ganar experiencia es accediendo directamente al Crisol, el multijuagdor competitivo de Destiny 2, en donde podremos adentrarnos en batallas contra otros jugadores donde el equipo que más rondas salga victorioso obtendrá la victoria. Entre los modos de juego tendremos el clásico Team Deathmatch, control de zona, activación/desactivación de bomba, entre otros. Naturalmente, si resultamos vencedores, la experiencia obtenida será mayor y, si tenemos suerte, conseguiremos grandes recompensas como armas más poderosas y una armadura mucho más potente.

Y ése es el principal objetivo de Destiny 2, tras alcanzar el nivel 20 máximo de momento, todo se reduce a sumergirnos en los diferentes modos de juego para consiguiendo más y mejores accesorios con el objetivo de volverte el Guardián más poderoso. Al momento de escribir este texto, el modo de juego que exigirá tener un alto nivel de potencia es la propia raid Leviathan, recomendándonos tener al menos 260 puntos. Aunque claro, cuanto más alto sea tu puntaje, mayor probabilidad de éxito tendrás de completar esta peligrosa misión.

Lo nuevo de Bungie es un título que sabe cómo mantenerte enganchado. Si no te gusta completar operaciones, allí están las misiones de asalto, donde en compañía de otros guardianes, deberán ejecutar el ataque a una instalación, el multijugador tradicional, las aventuras para un solo jugador… Todo está construido con el objetivo de jamás aburrirte y buscar constantemente el mejoramiento de tu propio personaje al interactuar con otros jugadores. Imposible aburrirse con una obra que no solo triunfa en tener una jugabilidad sumamente pulida y conseguida, sino una vez elegido un destino, cada sesión siempre será diferente de la anterior.

Elige tu destino

Para rematar los altos valores de producción que ofrece Destiny 2, tenemos un apartado tecnológico sobresaliente donde la inteligencia artificial y cambios en tiempo real del escenario se coronan como el aspecto más brillante de todo el conjunto. Aunque por supuesto, ello no quiere decir que el título no se vea ni escuche muy bien.

Cabe señalar que para esta entrega, Bungie finalmente ha conseguido librarse de las ataduras que tuvo el primer Destiny al ser un título que contó con versiones para PlayStation 3 y Xbox 360, limitando sus capacidades. Ahora el título regresa de mejor forma a PlayStation 4 y Xbox One, e incluso debuta en PC, ofreciendo un apartado gráfico quizá alejado de los más grandes exponentes de la industria pero que resulta una delicia gracias a una impecable dirección artística que nos transporta hasta este futuro espectacular aunque desolado.

Aunque las mejoras podrían pasar por alto a simple vista, la verdad es que sí existe un claro paso hacia adelante en las animaciones de los personajes, texturas de mayor resolución, un exquisito trabajo de luces y sombras y escenarios incluso más grandes y llenos de sorpresas que el anterior título, ya sea desde locaciones ocultas hasta un relieve variado que nos brinda la oportunidad de completar una misión de más de una forma posible. Los paisajes son sencillamente espectaculares y todo el entorno que nos rodea, así como todos los personajes que lo habitan, lo inyectan de vida y es imposible no sentirse capturado e inmerso en este universo.

De igual forma, la historia se cuenta en su mayor parte a través de cinemáticas, las cuales cuentan con una correcta dirección, permitiéndonos conocer de forma más amplia y profunda a nuestros aliados, el estado actual del conflicto e incluso el punto de vista de nuestros enemigos. Y, desde luego, el acabado gráfico es lo suficientemente alto como para hacernos sentir como si viéramos una auténtica película. Como mencionaba al inicio, lejos de ser sorprendente o inolvidable, pero definitivamente convincente y muy bien logrado.

Como nos tienen acostumbrados la inteligencia artificial vuelve a ser uno de los pilares más trabajados por Bungie. Quizá por sí mismo ningún enemigo demandaría mucho trabajo en ser vencido, pero cuando nos enfrentamos a una oleada de varios contrincantes, es fundamental decidir bien a quiénes vencer primero y cómo moverte a través del escenario, de lo contrario las cosas se complicarán exponencialmente, dotando de gran dinamismo al título con combates intensos y muy frenéticos en más de una ocasión.

Y finalmente, el apartado sonoro del título, así como la banda sonora no son más que la cereza en el pastel tras una base gráfica y tecnológica muy bien implementada y sólida. Los sonidos de las armas, las explosiones, el rugido de nuestros enemigos y la actuación de voces, todo ese trabajo es exquisito y lleno de detalles que imprimen de realismo a un título cuyo mundo se siente vivo y real. Por otro lado las partituras de la obra hacen olvidar el trabajo de Martin O’Donell, regalándonos piezas inolvidables que reflejan perfectamente el espíritu aguerrido y épico de Destiny, sirviendo como perfecto acompañamiento en cada uno de nuestros combates ya sea en solitario o con otros jugadores.

Destiny 2 es increíble. Parecido a muchos pero divertido y adictivo como muy pocos. La mejor experiencia multiplayer que podrías experimentar este año. Un título de alta calidad que brilla en cada uno de los elementos que lo componen, con infinidad de cosas por hacer y que refleja a la perfección la importancia que sus responsables le dieron a corregir todo por lo que el juego original fue criticado.

El título de Bungie se posiciona instantáneamente como uno de los shooters más recomendables del mercado, al cual le ha faltado solo una pizca de innovación para volverlo un producto mucho más memorable. Sin embargo, volver a este universo es garantía de un incalculable número de horas inmerso en él y que debería ser una compra obligada para los amantes del género o que busquen desquitar su suscripción a Xbox Live o PlayStation Network.

Si fuiste de aquellos que abandonaron a sus Guardianes o no le dieron una oportunidad a esta franquicia, debo decirles que están de suerte. Como un Espectro, recomendaría ir a resucitar a su héroe y adentrarse en ésta aventura que, tras cuatro años de haber empezado, es hasta ahora cuando realmente comienza.