Harley Quinn se ha ganado una popularidad desmedida desde su aparición en Suicide Squad y su regreso a la pantalla grande apunta a ser el festejo más grande que existe sobre la villana. Lamentablemente las prisas del DCEU vuelven a quemar una gran idea con un montón de personajes que no alcanzan a reflejar su verdadera grandeza.

Para Birds of Prey (and the fantabulous emancipation of one Harley Quinn) nos encontramos con una Harley Quinn que acaba de terminar su relación con Joker y está en búsqueda de una nueva vida… una que le permita mantener todos los lujos y beneficios que pudo conseguir como “la novia del Joker”. Pero cuando toda ciudad Gótica se entera de su nueva situación sentimental ella se convierte en el objetivo de todos los criminales a los que ha molestado en los últimos años… y no precisamente para una cita.

En medio de la tragedia amorosa llega a Gótica un importante y legendario objeto que pondrá a los criminales de la ciudad en una guerra por la supremacía. Esa situación termina ayudando a Harley Quinn para conseguir un poco de buena reputación y de paso una salida para su nueva vida como villana independiente.

Birds of Prey aprovecha la ocasión para mostrar otra cara de la ciudad que tiene que ver con Batman… pero no tan a profundidad como nos hubiera gustado. Así es como llegamos con Roman Sionis (aka Black Mask) quien es el líder criminal más importante del momento. También aparecen Black Canary y Huntress como parte de los personajes con poderes / habilidades especiales que hay en el DCEU y hasta una versión infantil de Cassandra Cain.

Birds of Prey se divide en dos : la primera tiene que ver todo con Harley Quinn, desde la forma en que está narrada la película y el drama de la ruptura amorosa, la locura y la inspiración que puede provocar Harley. Incluso la narración de la película tiene momentos bastante divertidos con una voz en off, flashbacks, bromas y un montón de colores que nos acercan más una intención similar a la de Shazam! o Aquaman que a Batman v Superman.

Margot Robbie propone mucho más que la última vez con mejores coreografías en sus secuencias de pelea, una personalidad más entrañable para Harley y hasta un personaje más arriesgado en su discurso. Lo anterior seguramente tiene que ver con la dirección de Cathy Yan y una mejor visión sobre los personajes femeninos. Al final Harley sí es lo mejor de la película y todo lo que pasa con ella es bastante increíble.

La segunda parte tiene que ver con los otros personajes, los cuales no son tan brillantes como la protagonista. Black Canary solo usa una vez sus poderes, Huntress tiene una gran historia de origen y muchos chistes malos, René Montoya es un cliché de película ochentera y la relación entre Casandra Cain y Harley se resuelve en dos segundos. Los villanos tampoco son un gran añadido a este universo, independientemente de sus nuevas intenciones, la película no logra aterrizarlos como una amenaza. Simplemente sobran en una historia que pudo dar mucho más.

Hay algo en la película que parece intentar explotar en medio de la locura de Harley, pero que no termina por salir a flote por culpa de una historia confusa, secuencias de acción lentas y un reparto que está muy por detrás de la combinación Robbie-Harley. Probablemente una aventura individual de Harley hubiera tenido una mejor propuesta para una generación que adoptó por completo algunos rasgos de la princesa payasa del crimen.

Birds of Prey (and the fantabulous emancipation of one Harley Quinn) no es la peor película del DCEU y eso ya es un punto a favor. Por fortuna las ideas de Zack Snyder parecen extintas y ahora tenemos propuestas más interesantes con personajes que se pueden explotar de manera individual y en equipo.