La serie Call of Duty regresa a sus orígenes con WWII, y tras varios días con su beta multiplayer, creemos que podríamos estar ante una entrega triunfal.

¿Cuánto tiempo tiene que dejé de jugar Call of Duty? Sí, el año pasado jugué  Infinite Warfare, y claro, hace algunos meses Modern Warfare Remastered, pero en verdad, ¿cuándo fue la última vez que pasé horas frente al televisor gritando, emocionado y, más que nada, divirtiéndome? ¿Cuándo dejó de ser relevante para mí la franquicia? Francamente, creo que fue hace siete años con la primera entrega de Black Ops (2010), y eso sin siquiera poder igualas las inolvidables tardes y noches de Modern Warfare 2 (2009).

Mi problema era que, tras el colapso que todos recordamos de Infinity Ward, la serie en pro de reinventarse, perdió identidad y ese sentimiento de competividad y espectacularidad que eran sellos de la marca desde sus primeros días. Teníamos gráficos más pulidos, actores de Hollywood como protagonistas, exoesqueletos y hasta ambientes futuristas pero nada de ello parecía cuajar para permitirle a la serie bañarse de vida y no hacer tan notoria su innegable deterioro.

Por esta razón, aplaudo a la gente de Sledgehammer Games por haber decidido hacer borrón y cuenta nueva, dándonos la oportunidad de regresar al pasado. No me refiero a tener como escenario central la Segunda Guerra Mundial. No. Más bien a reencontrarnos con esa fórmula jugable que hizo grande a Call of Duty y posicionó en el lugar que posee hoy en día dentro de la industria: Una simple pero ridículamente divertida y adictiva.

Al ingresar a la variante multiplayer de WWII, como es costumbre, habrá que establecer los parámetros introductorios de nuestro personaje. Y aquí está el primer gran acierto de sus desarrolladores: Finalmente han quedado atrás esos días de tener que decantarte por una clase en específico que definirá el comportamiento de tu personaje y, de elegir los efectos que tu armadura deberá ejercer en plena partida. ¡Bravo! Todo se reduce a elegir tu aspecto, tu arma por defecto, los tradicionales perks y ya. Al poco tiempo estarás descendiendo al campo de batalla para perseguir y vencer a tu prójimo.

Tras completar la personalización, el programa comenzará a buscar jugadores para llenar la sesión. Y bueno, estamos hablando de Call of Duty, y los servidores siempre contarán con el suficiente número de jugadores para crear una partida. Así que de eso jamás tendrás que preocuparte. Y la mejor parte: El sistema de matchmaking es veloz y bastante balanceado, favoreciendo la diversión sin perder la emoción que pueden llegar a alcanzar cada combate.

Una vez comenzado el juego, todo es un festival de acción. No hay nada más que decir además de que este es sumamente divertido, equilibrado y, por primera vez en años, realmente satisfactorio. Sin embargo, lo más gratificante es que la forma de controlar al personaje y sentir el peso de éste y del armamento que llevemos en nuestras manos, recuerda mucho más a Call of Duty 2 (2005) que a cualquier otra entrega de la marca, es a la hora de disparar, tan suave y precisa, cuando vemos el elemento que muy probablemente más se ha pulido a través de los años. Todo se siente en perfecto balance e invita al jugador a elegir sabiamente qué arma de fuego utilizar. Debemos recordar que tenemos a nuestra disposición rifles, pistolas y granadas de hace más de 70 años y no equipo mucho más avanzado como en las entregas previas.

Gráficamente lo nuevo de Sledgehammer cumple sobe todo gracias a su bien cuidada dirección artística, la cual logra retratar el aspecto tanto de los soldados, escenarios y, por supuesto, del armamento que existieron durante aquellos turbulentos años. Sin embargo, desmarcándonos de ello, apenas y se notan diferencias desde las mejoras que vimos en la presente generación de consolas desde el estreno de Call of Duty: Ghosts (2013). Aunque claro, debemos recordar que el verdadero potencial tecnológico de la obra lo veremos en marcha dentro de su campaña para un solo jugador, pero de igual forma de ello hablaremos cuando llegue el momento.

Al final, puedo decir abiertamente que me la he pasado de las mil maravillas jugando Call of Duty: WWII, la pasión que ha puesto el estudio responsable en su variante multiplayer me ha hecho recordar por qué ha sido una de las franquicias a las que más horas le he dedicado de forma online. Con lo que he experimentado en la beta privada me hace creer que estamos ante una entrega que volverá a reunir a su más que sólida comunidad de jugadores pero, muy importante, hará volver a aquellos usuarios que ya se habían cansado de la franquicia.

Aún le queda pendiente que supere la prueba correspondiente a su campaña, cabe recordar que las últimas entregas han contado con modos en solitario ambiciosos pero que se han quedado en ser bastante olvidables e intrascendentes, por lo que triunfar aquí podría asegurar a Call of Duty: WWII un lugar como uno de los mejor títulos de la serie. Pero ello solo lo descubriremos hasta el próximo 3 de noviembre cuando el título se ponga a la venta en PlayStation 4, Xbox One y PC.