Nintendo es una de las compañías que más apoyan el uso de la ley contra los que modifican videojuegos en Japón. 

Desde principios de 2019 la Asociación de Copyright para Software y Computadoras en Japón ayudó a que se considerarán como delitos la modificación de partidas, la distribución de programas que editen archivos de guardado o la modificación de consolas de videojuegos. La Ley de Prevención a la Competencia Injusta es como se le conoce a dicha enmienda en Japón.

Y ya ha caído el primer hacker. Se trata de un hombre japonés que ronda los treinta años de edad y que ha sido detenido en la prefectura de Niigata. Este oficinista dedicaba sus ratos libres a modificar partidas guardadas de Pokémon para 3DS, así como a la alteración de otros juegos. Al tratarse de un criminal bastante inofensivo, las autoridades lograron que confesara de inmediato todas sus acciones.

El delincuente explicó que las ganancias eran tan buenas que no podía dejar el negocio. Según los reportes el oficinista ganó 10,000 yenes por trabajo, aproximadamente unos 92 dólares; básicamente se encargó de modificar las criaturas de sus compradores con el fin de hacerlos más fuertes en la escena competitiva. Las fuentes no mencionan si el individuo delató a sus clientes.

Lo que sí informa el periódico Yomiuri Shinbun es que al ser su primera ofensa solo tuvo que pagar una multa de 300,000 yenes (aproximadamente 2,700 dólares); la ley indica que en las peores circunstancias el delincuente podría pasar hasta 5 años en prisión o ser acreedor a una multa de 5 millones de yenes.

Evidentemente la Ley de Prevención a la Competencia Injusta es una iniciativa que solo puede considerarse en el primer mundo. Basta con echar un vistazo a Mercado Libre para conocer muchas prácticas ilegales relacionadas a Pokémon con el fin no solo de «apoyar» a los jugadores en el competitivo, sino también de mantener un negocio a cuestas del trabajo de Nintendo.