El jefe de diseño de Xbox One, Carl Ledbetter, ha concedido estos días una entrevista en la que ha hablado acerca del trabajo que su grupo tuvo que desarrollar para llegar a la forma que hoy luce el Xbox One, así como el diseño final elegido para el control, un proceso que duro alrededor de tres años. Según Ledbetter, la compañía pasó 500 horas realizando pruebas y testeando los prototipos con 1.100 usuarios diferentes.

 

Nadie dice nada sobre las pequeñas cosas en el hardware. Si alguien está usando el control y después de 30 minutos está diciendo que las manos le están empezando a doler, eso es un fracaso. Pero si después de 30 minutos ellos están pensando en el juego, lo estamos haciendo bien.

 

Además, comparó el trabajo con los prototipos del control y la consola con el de fabricar un coche caro, deportivo en su apariencia, pero que a la hora de abrir la puerta la manija, notas que hace algo raro. A su vez comentó que la compañía había aprendido de los errores del pasado diciendo:

 

Un ejemplo de algo que quedó mal fue el primer control de Xbox. Funcionaba, pero no tenía el tamaño apropiado para la gente.

 

Así que ya lo saben, si le echan la culpa al control de lo mal que juegan, deberíamos de reconsiderar todas las horas de trabajo que le invirtieron para tener en sus manos un control como el de Xbox One.