A principios de este año, acudí a casa de un conocido a devolverle un juego que me había prestado. Tan pronto como repasábamos su colección, comenzamos a hablar de juegos de pelea, uno de nuestros géneros predilectos. A colación surgió el caso de The King of Fighters XIII y la forma en la que el título perdió relevancia rápidamente.

 

«Si le hubieran metido más personajes, quizás continuaríamos jugándolo. Es más, hasta seguiría en el EVO», aseguró mi interlocutor. No repliqué nada. Simplemente asentí en señal de aprobación; sin embargo, su idea ha surgido en mis pensamientos en diversas ocasiones, particularmente en fechas recientes.

 

Descrito de forma burda, el DLC es una evolución de las expansiones que durante mucho tiempo distinguieron a los títulos para PC. Eso significa que el concepto no es nuevo y que, lejos de desaparecer, la industria ha sabido convertirlo en algo extremadamente redituable. Nos queda claro.

 

La generación pasado inauguró la era del DLC: compra un juego y después adquire toda clase de bienes virtuales para enriquecerlo. Ese esquema nos llevó a pensar, en iteradas veces, que en realidad pagábamos por productos incompletos y que las cosas ya no eran como en los días de antaño, cuando las obras no necesitaban complementarse con contenido descargable.

 

Posteriormente, supimos que, en algunos casos, esos DLC no eran sino meras llaves para acceder a material que ya estaba incluido en el disco (o que ya se había descargado). Y así llegamos a ese punto en el que la situación no podía ser peor ni menos agraviante.

 

Quizás las cosas no han cambiado mucho desde 2011 a este día, pues las desarrolladoras y distribuidoras continúan engrosando sus bolsillos mediante este modelo de negocio. No obstante, existe una excepción que destaca por su sutileza: algunas compañías está sirviéndose del DLC para prolongar la vigencia de sus juegos en el mercado y en el interés del público, y lo mejor de todo es que la mayoría lo están haciendo sin cargarnos un solo centavo.

 

El antecedente que recuerdo con más claridad de ese fenómeno es Grand Theft Auto V con las múltiples actualizaciones de Grand Theft Auto Online. Quizás la más importante de ellas fue la que incorporó los Heists al componente multijugador del título y en los próximos días, las versiones de PlayStation 4 y Xbox One recibirán el anticipado editor de videos, todavía exclusivo de su equivalente en PC. Y sí, será gratis.

 

Otros ejemplos recientes son The Witcher 3: Wild Hunt, que durante varias semanas obsequió accesorios a los usuarios o Splatoon, que con asiduidad adiciona nuevos mapas y armas; además, el título de Wii U celebra eventos temáticos periódicamente que contribuyen a mantenerlo fresco (“Stay fresh!”, como sugerirían las Squid Sisters).

 

Por su puesto, también existe el contenido descargable de paga que cumple con ese mismo objetivo. En particular, señalaría a Mortal Kombat X como el estandarte indiscutible de la vertiente, pues durante la primera mitad de 2016 el juego se actualizará con nuevos personajes y otras características, justo aquello que le hizo falta a The King of Fighters XIII para seguir brillando.

 

El tiempo y las circunstancias determinarán el impacto de esta tendencia. Personalmente, considero que está dando resultados excelentes, sobre todo porque jugadores y empresas salimos ganadores. Y quizás (sólo quizás) porque de esta manera el DLC no sea tan malo como creíamos, después de todo.