Desde hace varias entradas, la saga de Call of Duty pasó de ser un simple juego de guerra a ser un simulador total de ciencia ficción en el futuro. Los exotrajes, poderes y armas futuristas son solo algunas de las partes que demuestran que la franquicia dio un giro dramático. Sin embargo, esto parece no agradarle mucho a los fans, y se reflejó en las tibias ventas y recepción de Infinite: Warfare. 

Pues parece que Activision aprendió la lección. Thomas Tippl, ejecutivo de la compañía, aceptó que el último juego «no estuvo en sintonía con los fans», ya que «no tuvo el éxito que se había planeado», en una conversación telefónica con los accionistas. ¿Cual será la solución? «Regresar a sus raíces», apuntó la compañía en su último reporte fiscal. «El combate tradicional volverá a ser protagonista», finalizó Tippl.

Por otra parte, Eric Hirshberg, CEO de Activision, comentó que el gameplay del juego de este año logrará un balance entre mantener la franquicia Call of Duty fresca y vital, al mismo tiempo que logra innovación que sí esté en sintonía con la comunidad.

Sledgehammer Games se encuentra en pleno desarrollo del Call of Duty que saldrá este año, y aunque no se mencionaron detalles, rumores apuntan que el juego se desenvolverá en un escenario histórico.

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